Se han recuperado 2 estatuas medievales de estilo románico que formaban parte del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela, las cuales estaban en poder de la Familia Franco.
Las piezas habían sido trasladadas en 1954 por Carmen Polo, esposa del dictador Francisco Franco, a su residencia de verano, el Pazo de Meirás, donde permanecieron 70 años.
Las figuras fueron transportadas desde el Pazo de Meirás hasta el Museo do Pobo Galego en 2 cajas fabricadas específicamente para su desplazamiento. A su llegada a la capital gallega, los técnicos de Patrimonio realizaron una inspección de las obras en un acto abierto a la prensa.
Memoria viva y justicia contra la impunidad
La alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín, que asistió a la recepción y apertura de las cajas, señaló que las estatuas se expondrán al público el próximo 11 de diciembre. La exposición busca reivindicar no solo su valor artístico, sino también su significado como ejemplo de “memoria viva e historia colectiva”.
La regidora calificó el 1 de diciembre como una jornada "feliz" y de "celebración", ya que representa una victoria contra la "impunidad" que la familia Franco todavía mantenía 50 años después de la muerte del dictador. La recuperación de las figuras, en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Supremo, implica que "por primera vez" la familia Franco deba "devolver los bienes incautados" hace décadas. Sanmartín afirmó que el hecho de que se haya tenido que esperar tantas décadas para recuperarlas "da buena muestra de la impunidad con la que sobrevivió el franquismo entre nosotros”.
El litigio y el camino para otras restituciones
Desde el Ayuntamiento de Santiago confían en que el "carácter pionero" de esta resolución judicial sirva de precedente para recuperar otros bienes. Entre ellos se encuentran la Casa Cornide en A Coruña o las pilas bautismales de Moraime, que la familia Franco utilizaba como maceteros en el exterior del inmueble de Meirás. Sanmartín entiende que el regreso de las figuras al emplazamiento del "que nunca debieron salir" debe ser "un camino abierto para que luego otros bienes apropiados puedan ser restituidos a sus legítimos propietarios, el pueblo gallego”.
La lucha por recuperar las estatuas se inició en 2017, durante la alcaldía de Martiño Noriega (Compostela Aberta). Tras pasar por varias instancias, el Tribunal Supremo dictaminó en verano de 2025 que las estatuas eran propiedad del Ayuntamiento de Santiago, y no de la familia Franco, como defendían los nietos del dictador. La sentencia considera probado que las 2 figuras de los profetas Abraham e Isaac son las mismas que el consistorio compostelano adquirió en 1948 por 60.000 pesetas. El alcalde de la ciudad, en 1954, envió las estatuas al Pazo de Meirás, la residencia de verano del dictador, "sin adoptar acuerdo alguno" y "por vía de hecho", únicamente "movido por el deseo de complacer a la esposa del Jefe del Estado".
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