El Gobierno respalda al presidente catalán, Pere Aragonès, en su decisión de dejar fuera de la mesa de diálogo a la delegación de Junts, por incluir a dos indultados del procés. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha recordado que los integrantes han de formar parte de los gobiernos de España y Cataluña, por lo que no se hubieran sentado con los ex presos independentistas.
24 horas antes de la reunión en Barcelona de la mesa de diálogo sobre Cataluña, el Govern catalán ha vuelto a quedar sumido en la crisis tras el encontronazo entre ERC y Junts por la composición de la delegación independentista. El partido del ex president Carles Puigdemont ha incluido a los indultados Jordi Sànchez y Jordi Turull, y a la portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, por lo que el presidente Pere Aragonès ha decidido dejarles fuera de la cita con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Aragonès ha instado a sus socios a elegir a algunos de sus consellers para integrar la delegación catalana, pero ha dejado claro que mientras no cambien sus interlocutores, no podrán acudir a la reunión, ya que se trata de un encuentro entre Gobiernos, que encabezarán él mismo y Sánchez.
La decisión de Aragonès ha sido aplaudida por el Gobierno, que ha afirmado que no se hubieran sentado en la mesa con los ex presos del procés. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha señalado que "nunca se ha entendido otro marco que no fueran equipos de los distintos gobiernos los que nos sentáramos a hablar".
"El presidente es la persona legitimada para elegir a las personas que le representan en estos trabajos", ha proclamado Rodríguez, en un espaldarazo al jefe del Ejecutivo catalán.
La portavoz del Gobierno ha evitado valorar las consecuencias del veto de Aragonés a los indultados, al ser preguntada por la posibilidad de que perjudique al proceso de diálogo para buscar soluciones al conflicto.
Si (
No(
