La presidenta del PP de Extremadura, María Guardiola, ha cambiado de rumbo después de las presiones y haberse cerrado en banda a pactar con Vox, lo que imposibilitaba cualquier posibilidad de gobernar la región.
Tras el estallido de una crisis entre ambos partidos que amenaza con pasar al plano nacional, dificultando los planes para Alberto Núñez Feijóo, Guardiola parece que ha rectificado.
En una carta dirigida a su militancia, anuncia que suspende la Junta Directiva y el Comité Ejecutivo Regional que estaban convocados para este martes.
Así, se da tiempo para estudiar la situación y evitar una repetición electoral, analizando si es posible un pacto con Vox en algunos términos aceptables.
El primer revés lo recibió en la constitución de la Asamblea extremeña, en la que el PSOE se hizo con su presidencia después de que Vox presentara su propio candidato y se negara a apoyar al PP.
Guardiola no quiere que Extremadura pague los platos de las tensiones electorales, abiertas por estar convocadas las elecciones generales de julio, denunciando que esa "presión" se está trasladando "injustamente" al PP "en su conjunto".
Cambio de postura con Vox
Y después de cerrarse a cualquier pacto con Vox y asegurar que este partido entraría a un posible gobierno de coalición por sus posturas ideológicas ultras, ahora se inclina por asegurar que el "diálogo" con Vox es "imprescindible" para que haya cambio de etapa en la región.
Pide ahora un "acuerdo programático" con Vox, aunque este partido ya ha dejado claro que no aceptará nada que no sea entrar en el Ejecutivo, aunque las heridas ya están abiertas tras quedar fuera este partido de la Mesa de la Asamblea.
"Soy muy consciente de que también es imprescindible el respeto, el diálogo, y el acuerdo programático con la formación Vox en Extremadura. Compartimos una prioridad, pasar página a las políticas socialistas. Es lo que nos debe ocupar", explica ahora sobre sus potenciales socios.
"Buxadé vino a Mérida a dar instrucciones a los suyos para que no me dejaran gobernar. Ellos han frenado el cambio, y lo han hecho desde Madrid. 28 diputados a 5, todavía está a tiempo el señor Santiago Abascal de pensar en lo mejor para Extremadura", decía en redes sociales el pasado viernes.
Hasta ahora Guardiola no ha sido contradicha por Feijóo, quien dijo respetar sus posiciones, pero parece que en los últimos días ha podido haber presiones hacia ella para que no caiga un posible gobierno regional a favor del PP, factor que se quiere exhibir como logro de cara a las urnas, el 23-J. Todo lo que no sea eso se podría interpretar como símbolo de debilidad y reforzamiento de Vox.
Sin embargo, esta misma situación de tensión entre ambos partidos se repite en Murcia. Allí el panorama es aún más favorable al PP, al que que sólo le faltan 2 escaños para la mayoría absoluta, que los aportaría Vox, que en las elecciones autonómicas consiguió 9 diputados.
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