Ciudadanos ha abierto este domingo una nueva etapa con la clausura de su VI Asamblea, que ha ratificado a la dirección encabezada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez y ha presentado una imagen renovada, con un cambio de logo que añade el verde al naranja tradicional.
La portavoz política de Cs, Patricia Guasp, ha sido la encargada de clausurar la VI Asamblea General, en la que la formación se ha conjurado para "dar la vuelta al marcador" y remontar los malos resultados electorales obtenidos desde las generales de 2019.
En su discurso, ha lanzado críticas a izquierda y derecha y ha enviado un aviso a los líderes de PSOE y PP, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo: "Nuestros principios ni se venden ni se compran".
Guasp ha arrancado su intervención agradeciendo a la líder saliente, Inés Arrimadas (que seguirá como portavoz en el Congreso), su "enorme valentía" por "entender el momento" que está atravesando el partido y dar un paso al lado.
"Te has ganado un lugar para siempre en la historia política de nuestro país", le ha dicho a Arrimadas, que ha recibido una larga ovación de los asistentes al plenario, una 500 personas.
La nueva líder no ha hecho referencia alguna a su rival en las primarias, Edmundo Bal, aunque sí ha especificado que en Cs "lo importante es el proyecto y no los sillones".
"Alternativa de progreso"
Patricia Guasp ha destacado que Ciudadanos es el único partido que ofrece "una alternativa de progreso" frente a un "Gobierno nefasto" que "dinamita las bases de la convivencia vigentes en la transición" y una "oposición negligente, incapaz de ofrecer una alternativa ilusionante".
La nueva líder de Cs ha asegurado que "los problemas de España son fruto de 40 años de políticas fracasadas del bipartidismo", por lo que "no basta" con que el actual presidente, Pedro Sánchez, salga de Moncloa sino que es necesario que entre "la agenda valiente y reformista, capaz de darle la vuelta al tablero" que, en su opinión, representa su formación política.
Según ha señalado, la izquierda "ha apostado todo a la política de identidad y ha abandonado hasta la lucha de clases". En cuanto al PP, ha criticado su falta de iniciativa en lo referente al reformismo que, ha dicho, le produce "un rechazo patológico".
También se ha mostrado en contra de "la derecha reaccionaria, iliberal, identitaria, populista y ultra" de Vox, a quien ha acusado de usar la "demagogia y la nostalgia" y de demostrar una "absoluta negligencia" en la gestión de los asuntos públicos: "Nos tendrán enfrente", ha indicado.
Respecto a los nacionalismos, se ha comprometido a "seguir combatiéndolos" pues considera que son sinónimo de "desigualdad, discriminación, injusticia y conflicto". "Si depende de nosotros, nunca podrán decidir nada que afecte al conjunto de los españoles", ha afirmado.
Bal da por zanjada la "pelea"
El plenario de Cs ha votado el nuevo Consejo General, el máximo órgano del partido entre asambleas, que contará con la presencia de Edmundo Bal, perdedor de las primarias frente a Guasp, que contaba con el apoyo de Inés Arrimadas.
La lista de Bal ha pactado con el nuevo secretario general, Adrián Vázquez, contar con 40 consejeros, frente a los 60 de la nueva ejecutiva, más otros 25 afines que suman los 125 miembros que forman parte del Consejo General, a los que se suman los cargos públicos del partido.
Con esta integración, Edmundo Bal ha dado por zanjada "la pelea" que ha mantenido en el seno del partido con la lista que apoyaba Arrimadas y ha valorado la "generosidad" de Adrián Vázquez.
"Es muy buena señal", ha dicho Bal, quien cree que ahora se abre un "un buen camino" para que el partido pueda dirigirse "con éxito" a las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
Aún está por decidir si seguirá como portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, lo que seguramente tratará la Ejecutiva en la reunión de este lunes.
Ciudadanos también ha aprovechado el cónclave para retocar su marca corporativa: aunque el partido mantiene sus siglas y el color narajana, el nuevo logo incluye un semicírculo rayado que hace referencia al Congreso, también en naranja, e introduce el color verde de fondo y el gris para el contraste.
Aunque se llegó a plantear un cambio de denominación dentro del proceso de refundación, el partido mantiene el nombre en una "apuesta por reivindicar" sus "valores fundacionales" pero renueva el logotipo con un "aire más vivo, moderno y abierto", según fuentes de la formación.
"Cuando miramos atrás y vemos lo que ha supuesto Ciudadanos para este país, comprendemos que apostar por nuestra marca es abrazar todo ese legado positivo de libertad, igualdad, regeneración y reformas. Por muy complicado que sea el momento, nuestro nombre no está manchado por la corrupción ni los escándalos, como las marcas de nuestros rivales políticos", ha señalado la formación, que asegura que con este cambio busca reflejar "el valor de cada ciudadano" y también representa "a la soberanía nacional en forma de hemiciclo parlamentario".
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