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La salida de Casado, la fuerza de Ayuso y los problemas con Vox, claves del año político en Madrid

Ayuso y Feijóo
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Ayuso y Feijóo (Foto: PP)
Por MDO
martes 27 de diciembre de 2022, 10:03h

El año político en la Comunidad de Madrid ha estado marcado por Isabel Díaz Ayuso, tras la mayor guerra interna vivida en la historia del Partido Popular y que forzó el ascenso de Alberto Nuñez Feijóo a la dirección nacional. La muerte política de Pablo Casado y de Teodoro García Egea, a raíz del escándalo sobre un contrato público relacionado con el hermano de la presidenta madrileña, la ha situado aún más en el centro de la vida pública en la región. Convertida desde abril en la presidenta del partido en la región, su principal aspiración desde hace tres años, su gestión ha estado marcada por el enfrentamiento a cualquier conato sindical, por un pronunciado liberalismo fiscal y por su confrontación directa al Gobierno de coalición de España. 2022 ha sido, de nuevo, un año de protagonismo de la dirigente madrileña, cuya maquinaria electoral está engrasada y dispuesta a repetir la batalla en mayo del año que va a nacer contra la izquierda y contra Vox, otrora “socios preferentes”.

Todo comenzó a finales del mes de agosto 2021, cuando la presidenta de Madrid expresó su deseo de liderar el Partido Popular madrileño. En ese momento, ninguna voz interna se elevó, ya que es tradicional que el presidente del partido sea la misma persona que presida el Ejecutivo autonómico, tal y como ocurrió con Esperanza Aguirre o con Cristina Cifuentes, entre otras. Sin embargo, al poco tiempo comenzaron los problemas. Un ruido de sables que trascendía en forma de filtraciones interesadas, de recados dejados en la prensa y de entrecomillados de personas sin nombre pero muy cercanas a la dirección nacional popular, comenzaron a abrirse paso entre septiembre y este mismo mes de diciembre.

A grandes rasgos, lo que ocurría es que la dirección nacional de Casado, Teodoro García Egea y José Luis Martínez Almeida, entre otros, tienen alguna reticencia en cuanto a que Díaz Ayuso concentrara en sí el poder institucional que le da la Real Casa de Correos y el poder político del PP de Madrid. Enfrente estaba la jefa del Ejecutivo, que alega su voluntad es presentarse al proceso interno de elección del partido y acabar con una situación anómala, en referencia a que desde que Cifuentes salió por el caso Máster y el caso Cremas en 2018, la presidencia la ejercía Pío García Escudero hasta la celebración de primarias.

La fecha de estas primarias fue uno de los principales ejes de esta guerra interior. Según la última reunión entre la dirección regional y la nacional del partido, quedó claro que la voluntad del PP de Madrid era celebrarlas cuanto antes.

Esta guerra soterrada que enfrentaba a Casado y Ayuso desde hacía meses, entre otros motivos por el liderazgo del PP de Madrid, saltó por los aires en febrero. Fue ahí cuando la presidenta le acusó públicamente de filtrar informaciones sobre la irregularidad de un contrato público con una empresa con la que trabajaba su hermano. Una manifestación a favor de la jefa del Ejecutivo madrileño a las puertas de Génova y la conjura de los barones, acabó por precipitar la marcha del líder que abrió las puertas de Génova al gallego Alberto Núñez Feijóo y reforzó la posición de Ayuso dentro del partido.

Entonces, Isabel Díaz Ayuso lanzó un mensaje claro a Pablo Casado y la Dirección Nacional del partido y les retó a que encontraran alguna prueba de que ella hubiera promovido, consentido o permitido una contratación ilegal en favor de su hermano o del entorno de este. "Que la Dirección Nacional del Partido Popular pruebe que yo obligué a hacer ningún contrato con nadie. Que prueben que ha habido tráfico de influencias. Que prueben que ha habido un solo contrato irregular. Que prueben que yo no soy honrada".

La presidenta expresó que nunca había imaginado que "la Dirección Nacional" del partido podía actuar de una forma "tan cruel e injusta" contra ella y cargó contra el presidente del Partido Popular: "Las informaciones y declaraciones que se están publicando en los medios que provienen de Pablo Casado y que él no desmiente son lo peor que se puede esperar de los políticos".

La marcha de Casado y la llegada de Feijóo

El uno de marzo de 2022 Pablo Casado hizo oficial su renuncia, tras las tres semanas más convulsas de su vida política. El reguero de renuncias que se extendió ante sus pies de fue de tal magnitud que no tuvo ningún margen de maniobra. El exsecretario general, Teodoro García Egea, fue el blanco de muchos odios internos en el partido y ante la presión decidió dar un paso atrás. José Luis Martínez Almeida dejjó de ser el portavoz nacional del partido para dedicarse a la ciudad que gobierna, después de un año y medio encarnando la cara y la voz del partido. También, la presidenta del Comité de Derechos y Garantías abandonó su puesto. Andrea Levy solo acumula ya el cargo de concejala y Delegada de Cultura del Ayuntamiento de Madrid.

Un mes más tarde, en abril, comenzó la era Feijóo quién consumó su propia renovación. El Comité de Dirección nacional del Partido Popular tiene hoy mucho acento gallego, mucho acento andaluz y muy poco madrileño. El cargo más importante que tiene un miembro del PP de Madrid es la Vicesecretaría de Coordinación Autonómica y Local, que la ostenta Pedro Rollán, veterano popular que nunca tuvo lugar en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. En público, la presidenta expuso que “todas las propuestas se han satisfecho” y señaló como prueba a los ocho vocales madrileños que estarán en el Comité Ejecutivo Nacional, como Alfonso Serrano o José Luis Martínez Almeida. Aún así, desde la Puerta del Sol minimizaron la escasa presencia de “ayusistas” en el equipo del nuevo presidente, a la vez que confían en la celebración del congreso regional de Madrid para “finales de mayo”, principal elemento de discordia con la batuta de Pablo Casado.

En aquel cónclave regional, el nuevo presidente “bendijo” a Isabel Díaz Ayuso como nueva presidenta del PP de Madrid y sentó algunas bases de las nuevas relaciones. Para Núñez Feijóo, fue necesario concentrarse en el futuro porque es lo que hacen los partidos “que ganan”, según dijo. Así, expresó su deseo de evitar “polémicas que no sirven para nada” y, como una suerte de compromiso que impelaba a toda la organización, insistió en que la mayor preocupación del Partido Popular debe ser el interés general y la mejora de las condiciones de vida de los españoles.

Sobre Madrid y su presidenta, el gallego insistió en la autonomía y la independencia que va a permitirle. “El Partido Popular de Madrid hoy está más unido, más firme, más comprometido. Isabel y su equipo son más libres para conseguir que Madrid sea más libre. este es el objetivo del PP en madrid y en españa”. Con estas palabras, el presidente nacional de la formación dejó claro que no pensaba entrometerse en las decisiones orgánicas que tomara la nueva presidenta de la organización en Madrid. De hecho, el propio Núñez Feijóo se refirió a Díaz Ayuso como su “presidenta”, ya que se encontraba en proceso de empadronamiento en la capital en aquel momento.

La eterna actitud electoral de Ayuso

Una de las carácteristicas de Isabel Díaz Ayuso y su Ejecutivo es su capacidad de confrontación con el Gobierno de España y su predilección por participar de las polémicas políticas que se van sucediendo. Uno de los elementos que le permite mantener esta actitud es, precisamente, su actividad política. En septiembre, la presidenta de la Comunidad de Madrid quiso batir su propio récord y presentó una batería de más de 60 medidas para iniciar el curso político de forma oficial, a ocho meses de las elecciones regionales.

Ocurrió durante el primer Pleno de septiembre en la Asamblea de Madrid. Allí, la jefa del Ejecutivo proyectó una imagen de sí misma y de la Comunidad de Madrid como “el contrapeso” a las “políticas de la tristeza” de Sánchez. “Siempre digo que la izquierda pretende gestionar sentimientos porque no sabe gestionar el Gobierno. El contrapeso a todo esto es la Comunidad de Madrid”, aseguró durante su dación de cuentas ante el estado de la región en la Asamblea de Madrid. Aquellas medidas estaban dirigidas a prácticamente todos los ámbitos. Estas son algunas:

En términos educativos, los profesores, tanto de la educación pública como de la concertada, experimentarán un aumento en su salario. La presidenta ha destacado que la inversión en Educación asciende a 5.761 millones de euros en Madrid. Se financiará el desayuno a alumnos de Infantil y Primaria cuyas familias perciban el Ingreso Mínimo Vital. Se creará un Erasmus en Bachillerato y un carnet universitario digital para conectar las universidades madrileñas.

En el ámbito económico, el Gobierno regional adelantará la deflactación del IRPF a 2022 y la aplicará a todos los tramos. Asimismo, se ampliarán las deducciones que tienen por objetivo favorecer la natalidad, maternidad y paternidad. Se aumentará otro 25 por ciento la bonificación de Sucesiones y Donaciones entre hermanos, tíos y sobrinos.

Los autónomos madrileños podrán beneficiarse en la región de una 'cuota 0' durante su primer año. El pequeño comercio contará con una inyección de 12 millones de euros para potenciar nuevos proyectos. Se llevará también a cabo la agilización de trámites burocráticos para facilitar las inversiones estratégicas.

En materia de vivienda, se llevará a cabo un impulso del suelo público para que los jóvenes menores de 35 años puedan acceder a un alquiler de menos de 600€ (Plan Solución Joven). Relacionado a ello se creará el nuevo Plan de Alquiler con opción de compra con una duración de hasta diez años, para facilitar el alquiler accesible a los jóvenes. Otro plan consistirá en que todas las viviendas de la región pueden tener ascensor.

Sobre Sanidad, la reapertura de los SUAPS, con 78 Puntos de Atención Continuada (PAC), así como la reducción de las listas de espera, son las medidas estrella relacionadas con la Sanidad. Destinarán 45 millones de euros para un plan de Salud Mental y Adicciones.

Los sanitarios, "enemigos" políticos de Ayuso

Precisamente, la Sanidad y los sanitarios se han convertido en el principal problema político y de gestión en la Comunidad de Madrid. El estado de las urgencias extrahospitalarias, de la Atención Primaria y de los pediatras han generado un enorme conflicto laboral que ha ido creciendo desde el inicio de la pandemia hasta cristalizar en una huelga de médicos que motivó la mayor manifestación en contra de las políticas de la presidenta desde que está en el poder.

Miles de madrileños (670.000 según los organizadores y 200.000 según Delegación del Gobierno) colapsaron las calles del centro de la ciudad convocados por los vecinos de barrios y municipios de Madrid por un sistema sanitario "público y de calidad" y contra el gobierno "privatizador" de Isabel Díaz Ayuso que "deja morir la Atención Primaria". En un contexto, además, de huelga médica por el modelo de urgencia extrahospitalaria y días antes de los paros indefinidos de médicos y pediatras en este primer nivel asistencial.

Aparte de la manifestación, la huelga indefinida que comenzó en el 21 de noviembre se ha convertido en uno de los mayores enemigos del Gobierno regional. En resumen, las reivindicaciones son de personal y retributivas, ante la enorme carga de trabajo existente. Así, el comité de huelga tiene planteadas unas condiciones mínimas para terminar con los paros a os que están llamados unos 5.000 profesionales. En concreto, piden que la Consejería de Sanidad ponga sobre la mesa de negociación 42 millones de euros, 12 para cubrir el pago del turno de tarde y el resto para complementos económicos. A partir de esta medida, reclaman el incremento del presupuesto de Atención Primaria, hasta alcanzar el 25 por ciento del total de la inversión sanitaria, además de garantizar los tiempos de agenda que permitan una atención de calidad.

En cualquier caso, y a pesar de la mínima cantidad de dinero exigida teniendo en cuenta el volumen total del Presupuesto de Sanidad, por ahora no hay ningún acuerdo. El único avance positivo se ha dado en la última semana prenavideña, cuando después de una reunión se decidió suspender de forma temporal la huelga para “dar tiempo” al Ejecutivo para estudiar una posible “redistribución” de las partidas económicas, un estudio cuyas conclusiones serán expresadas en una próxima reunión el 11 de enero.

Vox y PP rompen relaciones por los Presupuestos

El año finaliza con las desavenencias entre el Gobierno regional y Vox tras no llegar a un acuerdo de Presupuestos para 2023. El Gobierno de Díaz Ayuso tendrá que prorrogar las cuentas vigentes a partir de enero al haber votado Vox en contra del dictamen de Presupuestos en comisión y ratificar la Mesa de la Asamblea su rechazo desconvocando el Pleno donde iba a debatirse los días 21 y 22 de diciembre. Los de Vox consideraban que los 'populares' humillaban a sus votantes al no incluir ninguna de sus enmiendas ni peticiones.

Este desencuentro se ha producido después de dos semanas muy tensas entre ambas formaciones a raíz de la negociación de las cuentas y con un evento significativo: Vox presentó mal y tarde sus enmiendas parciales el pasado dos de diciembre. Sin acuerdo cerrado, la Mesa de la Asamblea, donde los 'populares' tienen mayoría, no las admitió.

En un primer momento, el partido que lidera en Madrid Rocío Monasterio anunció que, pese a esto, se abstendrían en la votación porque ellos con la izquierda no iban "a ninguna parte". Tan solo un semana más tarde desde la Dirección Nacional de esta formación se anunció que cambiaban de opinión y votarían 'no'. Consideraban que estaban "secuestrando" sus enmiendas y que se estaban aliando con la izquierda.

La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ofreció a principios de esta semana a Vox la búsqueda de fórmulas que incorporar sus peticiones a la gestión del Ejecutivo a lo largo de 2023 pero no hubo respuesta. La formación seguía enrocada en el 'no' si no aceptaban las enmiendas hasta este mismo viernes por la mañana cuando desde la Dirección Nacional y Monasterio abrieron la puerta a cambiar de postura si se les ofrecía un acuerdo político, que incluyera, entre otros puntos, la derogación de la Ley Trans autonómica. La presidenta madrileña contestó rápidamente e indicó que rechazaba "mezclar negociaciones", y no intercambiará "derechos y obligaciones". En este escenario, los reproches y las acusaciones entre ambas formaciones ya se suceden con normalidad, algo que desde ambas partes se atribuye a la cercanía de las elecciones autonómicas de mayo de 2023.

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