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Control policial de tráfico
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Control policial de tráfico (Foto: Ministerio del Interior)

La DGT mantiene su intención de imponer la tasa 0,0 de alcohol al volante

jueves 17 de julio de 2025, 17:01h

La Dirección General de Tráfico (DGT) pone en marcha, entre los días 14 y 20 de julio, una nueva campaña especial de vigilancia y control del consumo de alcohol y otras drogas en la conducción, una campaña que cuenta con la participación de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, así como de diversas policías autonómicas y municipales que se suman a dicha iniciativa.

Durante esta semana, se intensificarán los controles tanto en las vías interurbanas como en las urbanas con el objetivo de prevenir siniestros viales provocados por el consumo de sustancias, una de las principales causas de mortalidad en carretera.

En 2023, último año con datos consolidados 246 personas fallecieron en siniestros de tráfico donde el alcohol fue un factor concurrente, lo que representa el 26% de los siniestros mortales.

Además, el alcohol estuvo presente en el 13% del total de siniestros registrados. Estas cifras lo convierten en la segunda causa de siniestralidad vial, sólo por detrás de las distracciones y por delante de la velocidad, y una de las principales causas de muerte en carretera en España.

Por este motivo, en el marco de las acciones impulsadas por el Ministerio del Interior para mejorar la seguridad vial en España, la Dirección General de Tráfico (DGT) presentó en abril un estudio titulado "Recomendaciones para la reducción de la incidencia del consumo de alcohol sobre la siniestralidad a partir del estudio de la situación actual, el análisis comparado de políticas europeas y el conocimiento existente sobre el impacto de diferentes alternativas", elaborado por el Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia.

Este informe responde al anuncio realizado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en septiembre de 2024, sobre la intención del Gobierno de reducir la tasa legal de alcohol al volante a 0,1 mg por litro de aire espirado -equivalente al 0,2 g por litro en sangre- como medida clave para reducir la siniestralidad vial.

A raíz de esta iniciativa, la DGT encargó un análisis exhaustivo de la situación actual en España, con el fin de proporcionar recomendaciones basadas en datos objetivos, análisis comparado y evidencia científica.

La jornada de presentación del informe fue inaugurada por el director general de Tráfico, Pere Navarro, quien destacó que la propuesta de reducir la tasa máxima de alcohol al volante responde a una demanda ampliamente compartida.

"Antes incluso de que llegara al Congreso de los Diputados, ya recibíamos numerosas peticiones tanto de administraciones públicas como de entidades privadas solicitando una reducción del límite legal. Incluso la propia ciudadanía nos reclamaba avanzar hacia una tasa 0,0 como reflejo de una mayor conciencia social", afirmó.

El Director de la DGT subrayó que la sociedad ha evolucionado y que hoy existe un consenso claro sobre la incompatibilidad total entre alcohol y conducción.

"Hemos madurado como sociedad y sabemos que esta combinación no tiene cabida en una movilidad segura. Reducir la tasa de alcohol al volante no es solo una medida legal; es, sobre todo, un compromiso moral con quienes perdieron la vida en la carretera y con las familias que aún sufren las consecuencias de esos siniestros".

Por ello, concluyó, "ha llegado el momento de dejar atrás los debates, ser coherentes con nuestras campañas de concienciación y fijar un límite de 0,1 mg/l espirado que en la práctica equivale a cero, cero".

El alcohol como elemento estructural de siniestralidad al volante

El informe analiza los datos de distintas fuentes oficiales españolas, como la base ARENA de la DGT, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y la Fiscalía de Seguridad Vial.

Los resultados son claros: el alcohol sigue siendo uno de los factores de riesgo más graves y persistentes en la siniestralidad vial.

Entre 2018 y 2022, se registraron en España 467.117 siniestros con víctimas. De ellos, 18.727 estuvieron directamente relacionados con el consumo de alcohol, lo que supone un aumento del 20,3% en estos años.

Además, la presencia de alcohol no sólo incrementa el número de víctimas (+16 por ciento) y fallecidos (5 puntos porcentuales más), sino también la gravedad de los siniestros.

A estos datos se suman evidencias del Instituto Nacional de Toxicología que reflejan una tendencia preocupante: un número creciente de conductores fallecidos presentaban alcohol, drogas o fármacos en su organismo, y lo mismo ocurre con peatones víctimas de siniestros viales.

Según el profesor Luis Montoro "el alcohol, incluso en pequeñas cantidades puede afectar a la visión, a la coordinación, al tiempo de reacción, a la percepción del riesgo, a la toma de decisiones, a las distracciones, a la precisión de las maniobras, a la fatiga, al comportamiento del conductor y un largo etc. Algunos conductores piensan que, aunque beban no van a tener un siniestro. Los estudios dicen precisamente que esa conducta es un predictor claro de que van a sufrir un siniestro".

Recomendaciones y propuestas del informe

El estudio, presentado por Luis Montoro, director del grupo de investigación FACTHUM. Lab, INTRAS, y José Ignacio Lijarcio, responsable de gestión del proyecto, propone como medida prioritaria la reducción de la tasa máxima de alcohol permitida para todos los conductores a 0,10 mg/l de aire espirado, alineándose con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la Unión Europea y el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC).

Esta tasa ya está implementada desde hace años en países como Suecia y Noruega, 2 de los países europeos que tienen los mejores datos del mundo en seguridad vial y siniestralidad, tal y como lo demuestran las cifras.

En concreto, en 2022-2023 Noruega tuvo una tasa de 21-22 fallecidos por millón de habitantes y Suecia de 22-22, frente a la de España que se situó en 37-36, siendo la media europea de 46.

La bajada de la tasa de alcohol en aire espirado de 0,25 a 0,10mg/l realizada en Noruega y Suecia en 1990 y acompañada de otras medidas complementarias, supuso una reducción del 12% en los siniestros con víctimas, una disminución de un 8% de los siniestros mortales y además se rebajaron un 16% los casos de personas que conducían bajo los efectos del alcohol.

No obstante, el informe destaca que la bajada por si sola, no sería suficiente si no se acompaña de un conjunto de medidas complementarias como:

  • Incremento de los controles de alcoholemia, especialmente en zonas urbanas, con una estrategia aleatoria y altamente visible.
  • Generalización de los controles de doble prueba (alcohol y drogas).
  • Reformas legales para sancionar de forma más eficaz el policonsumo.
  • Potenciación de campañas de concienciación ciudadana.
  • Fortalecimiento de la educación vial en autoescuelas y programas de reeducación para infractores reincidentes.

El informe también advierte de que la reducción de los límites legales de alcoholemia o el endurecimiento de las sanciones tienen un impacto limitado -cuando no nulo- en el comportamiento de los conductores alcohólicos o de quienes consumen alcohol de forma habitual y excesiva.

En estos casos, la disociación entre el consumo y la conducción no se produce por la vía punitiva, sino con programas específicos de reeducación vial y tratamiento sanitario que pueden resultar realmente eficaces para modificar sus conductas de riesgo.

Tasas actuales en la Unión Europea

Frente a la propuesta de fijar la tasa máxima de alcohol en 0,10 mg/l en aire espirado, las 2 grandes alternativas internacionales son 0,5 g/l o la llamada tasa 0,00.

La primera, ampliamente utilizada en el pasado y que es la que actualmente tiene España, ha sido cuestionada por numerosos estudios que demuestran que, con ese nivel de alcoholemia, el riesgo de muerte al volante puede llegar a triplicarse, algo inaceptable tanto para la sociedad como para las autoridades encargadas de la seguridad vial de los Estados miembros.

Por otro lado, aunque la tasa 0,00 resulta sencilla de comunicar, su aplicación práctica es inviable debido a que alimentos, medicamentos y bebidas "sin" pueden contener trazas de alcohol, lo que puede generar falsos positivos.

De hecho, y según los autores de este estudio, muchos países que recogen este límite en su legislación, sólo sancionan cuando se superan ciertos umbrales en la prueba.

Antonio Avenoso, director ejecutivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC), ha compartido con los asistentes la visión europea sobre esta problemática, destacando la importancia de armonizar políticas eficaces contra el binomio alcohol-conducción y adoptar medidas concretas para reducir las fatales consecuencias.

Según Avenoso "España es un país que toma medidas audaces, primero lo hicieron con los 30km en las ciudades y ahora con una medida para combatir la conducción bajo los efectos del alcohol".

"Cuando se trata de conducir bajo los efectos del alcohol, el mensaje más simple es también el más seguro: no beba alcohol antes de conducir. Con este nuevo límite, España asume un papel de liderazgo en Europa. Con la vigilancia adecuada, esta medida evitará que muchas vidas sean arruinadas o destruidas".

Un compromiso colectivo

El informe deja claro que sólo a través de una estrategia integral será posible alcanzar resultados duraderos y efectivos en la lucha contra el alcohol al volante.

Para ello, es fundamental sumar esfuerzos desde todos los ámbitos: administraciones públicas, cuerpos y fuerzas de seguridad, sistema judicial, entidades sociales, asociaciones de víctimas, sector privado y ciudadanía.

La clave está en trabajar de forma coordinada, guiados siempre por la evidencia científica y el interés común.

Con las conclusiones del estudio ya presentadas, la responsabilidad recae ahora en el Congreso de los Diputados.

"Es el momento de que sus señorías den un paso decisivo hacia una legislación que refleje el sentir de una sociedad cada vez más consciente, porque la reducción de la tasa de alcohol no es sólo una medida legal; es una declaración de principios sobre el tipo de sociedad que queremos ser: más segura, más responsable y más consciente de que el alcohol y la conducción nunca deben ir de la mano", concluyó el director general de Tráfico.

Efectos del alcohol en la conducción

El consumo de alcohol antes de conducir representa uno de los factores de riesgo más importantes en la siniestralidad vial.

El alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, afectando directamente a funciones esenciales para una conducción segura, como la percepción, el tiempo de reacción, la coordinación y la capacidad de juicio. Incluso cuando el conductor siente que mantiene el control, su organismo ya está sometido a alteraciones que aumentan exponencialmente el riesgo de accidente.

Uno de los primeros efectos del alcohol es la reducción del tiempo de reacción. Esto significa que, ante un imprevisto en la vía (como la aparición repentina de un peatón, un frenazo del vehículo delantero o una señal de tráfico), el conductor tarda más en reaccionar, lo que puede resultar decisivo para evitar o no un siniestro.

A esta lentitud se suma una subestimación de la velocidad propia y de la de los demás vehículos, así como una mayor dificultad para evaluar distancias y tomar decisiones acertadas.

A medida que aumenta la tasa de alcoholemia, los efectos se agravan considerablemente, tal y como muestra la infografía.

El alcohol no sólo está relacionado con un mayor número de accidentes, sino que también incrementa la gravedad de las consecuencias.

Diversos estudios han demostrado que en los siniestros donde el alcohol está presente, las lesiones sufridas por las víctimas suelen ser más graves y tienen peor pronóstico.

Esto se debe, en parte, a que la conducción bajo los efectos del alcohol suele estar asociada a comportamientos de alto riesgo, como el exceso de velocidad, no utilizar el cinturón de seguridad o realizar maniobras temerarias.

Además, el consumo de alcohol también afecta al estado emocional del conductor, generando una falsa sensación de seguridad, euforia o despreocupación.

Estas emociones conducen, con frecuencia, a infravalorar los riesgos reales del tráfico, lo que se traduce en un aumento de conductas imprudentes.

Por eso, incluso con tasas de alcoholemia dentro del margen legal permitido, el nivel de riesgo ya se ve incrementado de forma significativa.

En resumen, el alcohol actúa sobre el organismo de forma progresiva pero constante, y a partir del primer consumo ya se produce un deterioro de las capacidades necesarias para conducir.

La evidencia científica y los datos estadísticos muestran que la única tasa segura de alcohol al volante es 0,0%.

Tasas máximas de alcohol

  • CONDUCTORES LÍMITE EN SANGRE LÍMITE EN AIRE ESPIRADO(1)
  • GENERAL 0,5 gr/l 0,25 mg/l(2)
  • PROFESIONALES 0,3 gr/l 0,15 mg/l(3)
  • NOVELES 0,3 gr/l 0,15 mg/l
  • MENORES DE EDAD 0,0 gr/l 0,0 mg/l

Sanciones

  • Más de 0,25 mg/l y hasta 0,50 mg/l 500 euros y 4 puntos
  • Más de 0,50 mg/l 1.000 euros y 6 puntos
  • Reincidentes 1.00 euros y 4 o 6 puntos (dependiendo de la tasa dada)
  • Presencia de drogas 1.000 euros y 6 puntos

Penas

  • Tasas superiores a: 0,60 mg/l en aire1,2 gr/l en sangre > Prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 o 90 días, y privación del derecho a conducir de 1 hasta 5 años.
  • Negativa a someterse a las pruebas > Prisión de 6 meses a 1 año y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.

Drogas

  • Conducir bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópica > Prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de 1 hasta 4 años
  • Negativa a someterse a las pruebas > Prisión de 6 meses a 1 año y privación a conducir de 1 a 4 años.
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