Con el miedo a la okupación o a los robos se ha incrementado el uso de alarmas en los domicilios, pero también el uso de pegatinas falsas para disuadir.
Una práctica habitual de muchos es colocar una pegatina de alarma sin tener contratado este sistema. Una acción para intentar disuadir a los posibles delincuentes de atracar u okupar la vivienda. Aunque parezca un gesto inofensivo, puede salir bastante caro.
Y es que colocar pegatinas de alarma falsas es ilegal. Es una práctica regulada por la legislación española, en concreto por la Ley 5/2014, de Seguridad Privada.
Según la normativa, los distintivos publicitarios de estas empresas de seguridad no se pueden colocar si no existe un contrato vigente.
"Con carácter general se establece la prohibición de la prestación o publicidad de servicios de seguridad privada por parte de personas, físicas o jurídicas, carentes de la correspondiente autorización o sin haber presentado declaración responsable", recoge el artículo 10.
Penas de prisión
Al poner estas pegatinas de advertencia sin tener una alarma contratada se puede caer en un delito contra la propiedad intelectual e industrial por suplantación de una imagen corporativa.
Esta conducta puede conllevar una sanción de entre 12 y 24 meses con multas de hasta 600 euros al día.
Pero también puede ser castigada con penas de cárcel de hasta 4 años. Y es que el Código Penal recoge esta posibilidad en su artículo 274.
La 'trampa' legal para hacerlo
Como ya se sabe, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, por lo que desconocer esta norma no impedirá una cuantiosa multa.
Pero existe una laguna legal o 'trampa' que permite colocar pegatinas de alarma falsas.
Y es que la ley penaliza el uso indebido o fraudulento de las marcas, es decir, de las empresas que se dedican a la vigilancia. Pero los carteles genéricos, sin mención a ninguna empresa concreta, advirtiendo de alarmas o sistemas de vigilancia aunque sea mentira, no está castigado.
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