Ayer, como es sabido, se realizaba un sentido homenaje a las víctimas de los atentados de Cataluña del 17-A, de los que se cumplen ahora 5 años.
El acto de tributo contó con varias autoridades nacionales y catalanas, y una cantidad importante de personas abuchearon e insultaron a políticos no independentistas, además de alimentar las teorías de la conspiración, que apuntan a que el Estado español no hizo lo suficiente para evitar la matanza yihadista.
Los terroristas dejaron 15 muertos en ese primer ataque en las Ramblas de Barcelona, después repetido por la noche en Cambrils, con otra víctima mortal más.
Pues bien, a la hora de valorar esos abucheos y actitudes impropias en pleno homenaje a las víctimas, hubo distintas posturas. Sobre todo porque la que fue cabeza de lista de Junts, Laura Borràs, hasta hace poco presidenta del Parlament y ahora apartada del puesto por estar imputada en un caso de corrupción, aprovechó la ocasión para darse un baño de masas.
Borràs saludó a los allí congregados que estaban reprochando a las autoridades que, según ellos, no investiguen la causa real de los atentados, por mucho que los autores materiales fueran yihadistas. Algunos de los manifestantes llegaron incluso a enfrentarse a las familias de las víctimas, asegurando que ellos eran víctima también, del "terrorismo español", Estado al que llamaron "asesino".
Por supuesto, los políticos de ámbito nacional condenaron los hechos, uniéndose también la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que lamentó este comportamiento por lo poco adecuado en una jornada de homenaje a las víctimas.
Incluso Esquerra Republicana se unió a esta denuncia, sin peros ni comas en su discurso, sin embargo Junts en un primer momento no reaccionó
Al final, el partido que también forma parte del Gobierno catalán, terminó emitiendo un breve comunicado de condena en redes sociales, el cual ha sabido a poco para los críticos: "Junts reitera su apoyo a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils y sus familiares. Por eso, queremos expresar el más enérgico rechazo a la interrupción del minuto de silencio de hoy en la Rambla de Barcelona".
Tras la polémica originada, este jueves Laura Borràs ha admitido que estuvo "fuera de lugar" la interrupción del minuto de silencio por parte de manifestantes independentistas pero que ella se mantuvo al margen: "Los actos de recuerdo a las víctimas tienen que ser sagrados. Y, por lo tanto, todo el mundo se debe comportar con la ejemplaridad que merece el momento". Asegura en declaraciones a 'Catalunya Ràdio' que respetó "escrupulosamente" el minuto de silencio y que se acercó a los grupos de protesta sin ánimo de corresponder a quienes habían roto ese minuto de silencio, sino a saludar a quienes la apoyaban por su reciente destitución como presidenta del Parlament.
Sin embargo, en redes, los internautas le han reprochado su doble postura al respecto:
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