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Más legumbres y menos carne: Consumo aboga por una dieta más saludable y sostenible

El ministro de Consumo, Alberto Garzón
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El ministro de Consumo, Alberto Garzón (Foto: Moncloa)
lunes 19 de septiembre de 2022, 18:08h

La AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) ha propuesto, entre otras medidas, aumentar la ingesta semanal de legumbres y rebajar la de carne en un modelo de dieta que, además de cuidar la salud de las personas, minimiza el impacto medioambiental.

El objetivo de estas nuevas recomendaciones dietéticas de la AESAN es la adopción de un patrón de dieta equilibrada, saludable y sostenible.

Para ello, el Comité Científico ha tenido en cuenta que el efecto de los alimentos no sólo depende de su contenido nutricional sino también de cómo se ingieren y de las alteraciones que se producen en el proceso culinario.

Las legumbres son los alimentos más nutritivos y ecológicos

Tras analizar los estudios científicos más actuales, AESAN propone consumir de forma prioritaria cada día, al menos, 3 raciones de hortalizas y 2-3 raciones de frutas, recordando que los zumos de frutas no sustituyen a las frutas enteras y que la ingesta de patatas debe de ser moderada.

Asimismo, el consumo de aceite de oliva es muy recomendable en todas las comidas principales, tanto para el cocinado de los alimentos como para su aliño cuando sea necesario, así como beber mucha agua, ya que debe ser la bebida principal de una dieta saludable.

Por su parte, las legumbres son consideradas la fuente principal de proteínas de origen vegetal, cuyo impacto es el más reducido en el entorno.

De ahí que el Comité promueva consumir de 2-4 raciones semanales, hasta llegar progresivamente a un consumo diario, para reducir la ingesta de proteína animal y, en particular, de aquellas que generan un mayor impacto ambiental como puede ser la carne roja.

Así que, las raciones semanales de carne deben ser de 0-3, predominando el consumo de carne de aves y conejo, frente a la carne roja y procesada.

También es necesario moderar la ingesta de lácteos, pasando de 2-4 raciones al día a 0-3, y por supuesto, sin azúcares añadidos, ni un alto contenido en sal.

En cuanto a los pescados y mariscos, la recomendación es consumir, al menos, 3 raciones a la semana (mayoritariamente, de pescado azul).

Los huevos se incrementan a 4 por semana y los cereales entre las 3-6 raciones al día, priorizando los integrales y de grano entero frente a los refinados.

Además la combinación de los cereales con otros alimentos ricos en hidratos de carbono complejos como las legumbres, las frutas y las hortalizas, son la base perfecta de una alimentación saludable.

El consumo de frutos secos puede aumentar progresivamente hasta el punto de ingerir una ración diaria, siempre que sean al natural, sin sal, ni grasas ni azúcares añadidos.

Por último, es muy importante reducir la sal durante el cocinado y eliminar, en la medida de lo posible, los alimentos ultraprocesados ricos en grasas y azúcares.

“Una buena alimentación disminuye el riesgo de enfermedades crónicas”, según Garzón

Para el ministro de Consumo, Alberto Garzón, el informe del Comité Científico no es solo "una herramienta útil para profesionales y familias en la consecución de unos mejores hábitos de vida", sino que, además, permitirá "una transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles" y ayudará a alcanzar un buen estado de salud que permita "disminuir el riesgo de enfermedades crónicas".

Por eso Garzón reivindicó "los patrones culturales de alimentación que han demostrado sus efectos beneficiosos para la salud y para el medio ambiente".

También ha defendido la dieta mediterránea como una de las que mejor "podría disminuir el impacto ambiental de la alimentación, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, así como el uso de recursos naturales".

Es imprescindible tener un modelo de vida activa

De manera complementaria a las recomendaciones dietéticas, el informe del Comité Científico de la AESAN promueve actividades físicas dirigidas a distintos grupos de población (en función de la edad), con el objetivo de incorporar hábitos saludables que puedan integrarse en el trabajo, las actividades deportivas y recreativas o en los desplazamientos, así como en las tareas cotidianas y domésticas.

Para toda la población adulta recomendó la Comisión entre 150 minutos y 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana (andar rápido, montar en bicicleta, bailar suave…) o el equivalente en actividad vigorosa (subir escaleras rápido, correr a ritmo rápido, nadar…), entre 75 minutos y 150 minutos.

En cambio, la población infantil y adolescente, solo necesita 60 minutos de actividad física aeróbica moderada al día y, al menos, 3 días de actividad física vigorosa a la semana (practicando deportes, por ejemplo) y otro mínimo de 3 días semanales de actividades que estimulen el crecimiento óseo (aquellas que tienen impacto o saltos, juegos que requieran cargar con el propio peso corporal total o parcial…).

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