El ministro de Justicia, Félix Bolaños, ha remitido una carta al presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, en la que le recuerda que su organización nunca se pronunció sobre los casos de corrupción que afectaron al PP, partido junto al que, recuerda, los obispos se manifestaron "en contra de derechos como el matrimonio igualitario o el aborto".
La reacción de Bolaños se produce después de que los obispos hayan propuesto "una salida al bloqueo institucional":
"Decir que hablen los ciudadanos es un principio básico de una democracia. La Constitución española prevé distintos instrumentos para un sano ejercicio de política democrática, como es la moción de censura o la moción de confianza".
Así lo indicó el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), César García Magán, tras la reunión de la Comisión Permanente que ha congregado esta semana en Madrid a los obispos españoles.
El secretario se ha referido a las recientes declaraciones del presidente del Episcopado, Luis Argüello, sobre la crisis política desencadenada por la corrupción de varios altos cargos del Gobierno y del PSOE y la invitación de Argüello a convocar elecciones.
Según el portavoz de los obispos, "lo que ha puesto sobre la mesa es el bien común y lo que conviene a la sociedad española por encima de intereses de partido, que siempre pueden ser más de vuelo raso".
Los obispos españoles han alertado de que "la corrupción es uno de los cánceres de la democracia porque mina los pilares de una democracia, entendida como el Gobierno del pueblo porque hace perder la credibilidad" y "es una puerta de entrada peligrosísima de situaciones de autoritarismo y tenemos ejemplos en el mundo de regímenes que dejan de ser democráticos".
Carta de Bolaños al presidente de la Conferencia Espicopal Española
"Su Excelencia Reverendísima:
He escuchado con atención y sorpresa las declaraciones que ha realizado, en su nombre y en el del resto de obispos españoles, el portavoz de la Conferencia Episcopal. En esas declaraciones piden la convocatoria de elecciones anticipadas y afirman que esta petición la realizan "por encima de intereses de partido".
Vaya por delante, estimado presidente, el máximo respeto a sus preferencias políticas personales, así como a las del resto de los obispos españoles. No obstante, sí quiero transmitirle mi extrañeza por la afirmación de que esta petición la realizan al margen de intereses partidistas mientras reproducen de forma exacta las peticiones y argumentos de los dos principales partidos de la oposición.
Entiendo que no es en absoluto ajeno a esta circunstancia, ya que recientemente participó en un acto con el líder político de la ultraderecha española en el que ambos formularon idénticas críticas al Gobierno de España a la vez que coincidieron en promulgar una agenda que promueve la supresión de derechos de las mujeres, de los artistas o del colectivo LGTBI.
Es cierto que no es la primera vez en nuestra historia reciente en la que se produce una comunión espiritual y política entre la organización que preside y los partidos políticos de la derecha y la ultraderecha. Basta recordar el papel preponderante de algunos de sus predecesores, junto a estos partidos, en la organización de manifestaciones contra la aprobación de derechos como el matrimonio igualitario o la interrupción voluntaria del embarazo.
Esta comunión fue tan intensa que imagino que a la Conferencia Episcopal le resultó imposible pronunciarse de algún modo sobre los casos de corrupción que afectaron al partido junto al que se manifestaron. En todo caso, quiero transmitirle un elemento de tranquilidad: en el caso sobre el que sí se han pronunciado se han asumido responsabilidades políticas desde el principio, se ha apartado a las personas sobre las que recaen graves indicios y estamos trabajando para evitar que se reproduzcan estos hechos en lugar de en intentar ocultarlos a la sociedad o a la Justicia.
Puedo entender también que la Conferencia Episcopal desee un cambio de Gobierno con el fin de que los debates sobre la reparación a las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia o la tipificación como delito de las llamadas "terapias de conversión" sean más fáciles de abordar para ustedes o no se aborden en absoluto. Le transmito otro elemento de tranquilidad: aunque hayan decidido apartarse de la neutralidad política y partidista e incluso del más elemental respeto institucional, el Gobierno seguirá abordando la relación entre Iglesia y Estado con pleno respeto, aunque, lógicamente, defendiendo nuestras posiciones y, sobre todo, el interés general y el de las personas más vulnerables, sobre todo en lo referente a las víctimas de abusos dentro de la Iglesia.
Sin otro particular, le envío un cordial saludo, le agradecería que se comprometieran con la neutralidad política y partidista y le reitero nuestra más firme voluntad de diálogo sobre los asuntos que tenemos pendientes y que abordaremos a lo largo de los 2 años que quedan de esta legislatura.
Un cordial saludo, Félix Bolaños".