Ya está configurado el nuevo Tribunal Constitucional (TC). Tras la ceremonia de ayer lunes, en la que entraron a formar parte del mismo, ya formalmente, los 4 nuevos magistrados, Juan Carlos Campo, Laura Díez, María Luisa Segoviano y César Tolosa, tenemos nuevo tribunal de garantías.
Con estos nuevos integrantes se ha cambiado también la correlación de fuerzas ideológicas, pasando de tener 6 jueces conservadores y 5 progresistas a 7 progresistas y 4 conservadores. Queda por elegir un miembro más, el duodécimo, como marca la Constitución. Este cargo, el correspondiente al dimitido Alfredo Montoya, que en su día fue elegido por el Senado, así que sin que sea decisivo para ese equilibrio ideológico, habrá otra novedad más en los próximos meses. Montoya renunció por motivos de salud.
Con el cambio de tendencia dentro del TC, los próximos pasos serán clave. El Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez tendrá un año más cómodo ante los recursos de inconstitucionalidad que le presente la oposición a sus cambios y novedades legislativos.
El TC tendrá que cambiar de presidente y vicepresidente, pues eran precisamente los 2 jueces que habían caducado su mandato y que eran favorables a los intereses del PP. Se despidió Pedro González-Trevijano y ahora los 2 principales candidatos son 2 magistrados progresistas: Cándido Conde Pumpido y María Luisa Balaguer. La diferencia entre ambos es que Pumpido viene más marcado por el historial ligado a la política, pues fue Fiscal General del Estado con Zapatero y se le vincula al PSOE. Balaguer, por su parte, representa a colectivos y movimientos feministas y progresistas, pero desvinculada de cualquier partido.
Los recursos a resolver
El cargo de presidente no es sólo representativo, pues marca los tiempos y la agenda del Tribunal para atender los recursos acumulados. Y aquí es donde comienza el interés: porque tanto en este año como en los siguientes deben resolverse los recursos contra las leyes del Gobierno Sánchez, tales como la ley de eutanasia, la ley de educación (conocida como 'ley Celáa'), la ley de la Infancia, el Ingreso Mínimo Vital...
Por supuesto, se espera que al fin se pueda desbloquear el ya eterno recurso contra la ley del aborto que lleva paralizado 12 años sin resolverse. De hecho, se ha insinuado desde dentro, en alguna ocasión, que ha sido así para evitar una confrontación social, pero ahora se topará con la nueva ley del aborto recientemente aprobada, que era una contrarreforma a su vez de la reforma que hizo el Gobierno Rajoy limitando los casos para abortar, como el de las menores de edad.
Se espera que la votación para elegir al nuevo presidente pueda tener lugar esta misma semana y que haya un entendimiento entre el sector progresista para evitar ya la primera guerra interna. Pumpido tendría, en teoría, más apoyos entre los jueces progresistas, pero Balaguer sería la opción a elegir por los conservadores, que quieren evitar el perfil de Pumpido, con quien ha habido roces internos en estos años.
Para elegir presidente es necesaria una mayoría absoluta en primera votación, y si no prospera, se elige por mayoría simple en una segunda ronda. En este caso, al ser 11 magistrados los habilitados en sus cargos, se necesitarían 6 votos a favor. Si hay abstenciones, en una segunda ronda bastaría con que un candidato tenga más votos que el otro.
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