Este miércoles la sesión de control al Gobierno era clave para conocer la postura de los partidos nacionalistas y el resto de socios parlamentarios sobre el caso del presunto espionaje a políticos vascos y catalanes.
Clave porque este jueves se vota en el Congreso el decreto con las medidas anticrisis inflacionaria debido a la guerra de Ucrania y aún están en el aire los apoyos de estos partidos.
Cuando llegó el turno de palabra del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, su pregunta al presidente Pedro Sánchez se intuía como crucial. Primero le preguntó sobre si va a investigar el espionaje, que dio por hecho, a activistas, periodistas y políticos catalanes. "La pregunta no es si se ha espiado... la pregunta es si ustedes lo ordenaron", remarcó.
Sánchez comenzó su intervención con un lápsus que provocó las carcajadas de la Cámara Baja. Llamó "señor Abascal" a Rufián, pidiendo inmediatamente disculpas también entre risas, explicando que era un "lápsus imperdonable". Después explicó que el Gobierno se tomaba este asunto con máxima prioridad e importancia, y que habrá transparencia e investigación sobre lo ocurrido, pero dejando de nuevo claro, otra vez más, que su Ejecutivo no dio orden de espiar a nadie.
Rufián, en su turno de réplica, acusó a Sánchez y al PSOE de varias cosas. Primero, aseguró que tanto su partido como el PP han reconocido a ERC "en 3 ocasiones" que ha habido espionaje a políticos independentistas, y que fue por parte de estas formaciones del bipartidismo. "Por supuesto que el Estado espía de forma alegal. Me lo han dicho sus cargos de Interior de los últimos 40 años en tres comisiones de investigación. La pregunta no es si se ha espiado, sino si esta vez ustedes lo ordenaron", zanjó.
El republicano no pidió tanto, dijo, reconocer el espionaje, sino conocer qué medidas se tomarían como responsabilidad por ello. También consideró que el mayor error del Gobierno era no controlar las "cloacas del Estado" bajo su mandato, ya que el espionaje ha ocurrido antes y sigue ocurriendo quizás sin que el Ejecutivo se percate. Sería "más terriblemente grave", denunció.
Apoyos parlamentarios
Además, afeó a Sánchez que en realidad está deseando acercarse al PP de Alberto Núñez Feijóo y que su partido y otros como EH Bildu, Compromís, Más País, Junts, PdeCAT o "incluso Unidas Podemos" eran molestos para sus intereses.
Por eso hiló este tema al del necesario apoyo de los socios parlamentarios nacionalistas e independentistas para lograr sacar adelante este jueves el decreto anticrisis. Así que, amenazando a Sánchez con un posible 'no' o una abstención, finalizó su intervención con ironía: "De momento, vaya pidiéndole el teléfono al diputado Casero".
Una referencia al diputado del PP Alberto Casero, que con su error de voto permitió que saliera adelante en febrero el decreto con la reforma laboral del Gobierno sin el apoyo de ERC. Rufián dio a entender que deseaba suerte al Ejecutivo con posibles errores y que su formación podría dejarle de nuevo sin apoyos.
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