www.diariocritico.com
La situación en que queda Podemos: soledad y sensación de fin de ciclo
Ampliar
(Foto: Podemos)

La situación en que queda Podemos: soledad y sensación de fin de ciclo

lunes 03 de abril de 2023, 08:57h

Al igual que le ocurren a muchos equipos deportivos cuando han cumplido un ciclo, Podemos asume un papel de soledad y de victimismo ante la situación que atraviesa.

Su ex líder, Pablo Iglesias, nunca se fue, por mucho que le pese a Ione Belarra y tanto le moleste que le hagan referencias a su anterior jefe. Y Podemos ya no tiene la fuerza ni la ilusión que logró despertar en 2014.

Casi una década después, ya no queda casi nada de ese partido morado que llegó a 69 diputados en las elecciones de 2015 y que tras firmar una alianza histórica con Izquierda Unida, sumó otros 2 con los de Alberto Garzón para llegar a 71 escaños en la repetición electoral de 2016. Fue su tope.

Todos esos diputados le sirvieron de poco salvo para lograr que saliera adelante la moción de censura a Mariano Rajoy y que el socialista Pedro Sánchez fuera presidente. Después, se hundió hasta los 35 escaños en los comicios de noviembre de 2019, cuando meses antes, en abril, en la anterior convocatoria, sumó 42. Una continua pérdida de apoyos en la ciudadanía que ahora se estima que continuaría, logrando Podemos tan sólo unos 20-30 diputados.

Perdidos en Madrid

En la región de Madrid, donde se hicieron especialmente fuertes, les dio el sorpasso la formación creada por Íñigo Errejón en apenas unas semanas de margen en 2019. Fue ése un año difícil para los morados: Manuela Carmena, la alcaldesa estrella de la capital, independiente como Díaz, un símbolo político por desalojar a la derecha tras décadas en el puesto, tampoco quería seguir bajo la tutela del partido morado y formó con Errejón el proyecto Más Madrid.

Más dolió cuando Pablo Iglesias quiso hacerse el héroe y salvador al dejar el Gobierno para ser candidato en las elecciones autonómicas madrileñas en 2021 para vencer a Isabel Díaz Ayuso y no le dio ni para recoger las cenizas tras el incendio. Tuvo que dimitir en pocas horas tras el fracaso en las urnas, sorpassado por Errejón y aplastado por la derecha.

Desde entonces Podemos se ha deshecho como un azucarillo. Pero para Iglesias siempre hubo un culpable: el sistema. Los poderosos conspiraban y querían enterrar su partido porque era el único que luchaba de verdad por la clase trabajadora y los demás eran partidos amables -referencia a Más País y Sumar- que gustaban a los medios y al sistema como una izquierda plegada a los esquemas de poder.

Situación de soledad

Ahora se ha quedado solo: es cierto que seguirá en muchos lugares su alianza con IU porque no ha dado tiempo a que los de Alberto Garzón tuvieran a Sumar suficientemente desarrollado como para presentarse a las autonómicas y municipales. Pero no hay nada más. Catalunya en Comú, el partido de Ada Colau, se alía con Sumar. Lo mismo harán los valencianistas de izquierdas de Compromís. O los navarros de Batzarre. O los ecologistas de Alianza Verde de López de Uralde, quien había sido fiel a Iglesias cuando Equo se fue con Errejón. Por supuesto Proyecto Drago, el proyecto del diputado Alberto Rodríguez, apartado por su condena por agresión a un agente de la autoridad.

Le queda un importante activo: el feminismo, agradecido por el papel de Irene Montero como ministra de Igualdad, sin duda su último gran activo. Todos tenían claro que Belarra era una líder sin carisma y que hacía un gran trabajo interno, pero sin proyección mediática y sin tirón electoral. Descartado un posible regreso de Iglesias, a los morados no le quedan más bazas que jugar salvo una rendición a la evidencia -integrarse en Sumar y sin tantas exigencias sobre las listas electorales- o una rendición en otros términos: presentarse a las urnas como mártires y ver hasta dónde pueden caer como partido minoritario.

Ese aislamiento también se manifiesta en el Gobierno: de los 5 ministros del ala morada, sólo Belarra y Montero son de Podemos. Díaz y Garzón ya han dejado clara su línea y Joan Subirats, ministro de Universidades, también. Es del partido de Colau y estuvo presente en Magariños apoyando a Sumar.

Aún no hay encuestas con suficiente trabajo detrás y maduración en la ciudadanía como para sacar conclusiones. Pero se espera que Sumar fagocite casi todo el voto de izquierdas y Podemos peligre incluso como fuerza parlamentaria si no supera el corte. Lo mismo que Ciudadanos, su rival del centro-derecha en los términos en que nacieron ambos, como formaciones que venían a renovar la política, cada una desde su espectro ideológico.

Silencio

Hoy por hoy se guarda un prudente silencio en Podemos para no aumentar la tensión. Suficiente ha sido con no aceptar el compromiso de Díaz por unas "primarias abiertas a la ciudadanía" y plantar a la vicepresidenta en su acto estelar del domingo.

De momento, a primera hora de este lunes, Belarra, Montero e Iglesias guardan silencio. Sólo se atrevió a hacer críticas Juan Carlos Monedero, otro que como Iglesias, está fuera. "Hay que trabajar para la unidad. Hacen falta todas las fuerzas, también la que representa Yolanda Díaz. Pero es ministra de Unidas Podemos y hoy ha hecho campaña por partidos que compiten contra Unidas Podemos. Eso es ruido. Estruendoso", reflexionó desde redes sociales sobre lo que ocurre en estos momentos.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios