El Supremo confirma 8 años de prisión a un hombre por matar a la gata de su pareja

El Tribunal Supremo ha ratificado la condena a un hombre que mató a la gata de su pareja tras provocar un incendio en el domicilio.

Los hechos ocurrieron en 2017 en Rubí, cuando tras una discusión en la calle, la mujer se negó a subir a la vivienda. El individuo comenzó entonces a amenazarle para que volviese al domicilio, donde residían junto a su hijo y 2 mascotas.

"Hambre te va a entrar cuando te abra el estómago a patadas en la boca", "sube o tiro a la gata por la ventana" o "te aconsejo que subas sola", son algunos de los mensajes que envió a su pareja.

La mujer se negó a subir ante las amenazas y logró que el condenado soltase al perro, pero no hizo lo mismo con la gata.

Finalmente cogió un mechero y prendió fuego al cuarto donde se encontraba el animal, que acabó muriendo calcinada en el incendio que generó.

Las llamas fueron sofocadas por los bomberos y no afectó a más viviendas. El propio maltratador tuvo que ser rescatado por inhalación de humo.

Incendio, amenazas y maltrato animal

La Audiencia de Barcelona le condenó a 8 años y 8 meses de cárcel por los delitos de incendio, amenazas y maltrato animal.

Sentencia que corroboró el Tribunal de Justicia Superior de Cataluña y que ahora ha corroborado también el Tribunal Supremo, pues el hombre ha recurrido las anteriores sentencias.

El Alto Tribunal ha destacado "la gravedad del hecho que tiene lugar en el domicilio familiar, en el ámbito de la violencia de género como medio de presión a su pareja sentimental".

Además ha incidido en el "peligro" que el incendio supuso para los vecinos del inmueble, incluso del propio acusado.

Él había alegado que no se puede probar la muerte de la gata, pues los bomberos no encontraron ningún cadáver de gato, pero los jueces han recordado que "conocía que estaba el animal en la vivienda" y que manifestó su voluntad de hacerle daño en los mensajes amenazantes a su pareja. "Conocía el peligro existente para la integridad de la gata", recoge la sentencia, que también considera que "aceptó que podría morir calcinado", algo que finalmente ocurrió.

Por todo mantienen la condena de 8 años y 8 meses de cárcel: 7 años de prisión por un delito de incendio de menor entidad previsto, 10 meses por un delito de amenazas y otros 10 meses de cárcel por un delito de maltrato animal.

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