Un grave incendio en el restaurante Burro Canaglia de Madrid ocurrido el viernes provocó la muerte de 2 personas y 12 heridos tuvieron que ser trasladados al hospital.
El local, situado en la plaza de Manuel Becerra, ha quedado totalmente calcinado y gracias a que la estación de bomberos se encuentra a pocos metros, no hubo que lamentar más víctimas mortales.
8 de las 12 personas trasladadas a diferentes hospitales madrileños siguen ingresadas: 2 personas se encuentran en La Princesa, una de ellas entubada en la UCI. Otras 2 en La Paz con el 8% de su cuerpo quemado y el pronóstico continúa siendo grave.
En el Clínico San Carlos permanecen en la UCI 2 varones por inhalación de humo, otro en el Gregorio Marañón en la UCI aunque estable y otra mujer en el Hospital de Getafe también con un 8% de la superficie corporal abrasada.
El incendio ha reabierto un debate sobre la seguridad en los bares y centros de hostelería, las inspecciones, las licencias...
Y es que según ha confirmado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, dado el tamaño y el aforo del restaurante "no era necesario" que contase con una salida de emergencia.
La investigación sobre las causas exactas continúa así como la verificación de que el local cumpliese con todas las licencias y requisitos necesarios.
La información que ha trascendido es que la decoración del techo y las paredes, toda de plantas de plástico, fue el combustible que convirtió al bar en una trampa mortal.
800 grados
Según ha avanzado la Cadena SER citando a fuentes de la investigación, durante el incendio se podrían haber alcanzado los 800ºC de temperatura.
El citado medio ha entrevistado a Joaquín Sáez, ingeniero de edificación y fue durante años oficial de bomberos del consistorio y responsable de la Unidad de Inspecciones de Prevención de Incendios.
Sáez ha detallado que la decoración con plantas de plástico fue la culpable de que las llamas se propagasen con rapidez por todo el local y al iniciarse el fuego cerca de la entrada, la mayoría de comensales quedaron atrapados.
"Es como si hubiésemos puesto pólvora colgada del techo", ha enfatizado. Ha explicado que la decoración de los locales debe cumplir una serie de características como estar hecha de materiales que prendan difícilmente, la toxicidad de los gases que emitan sea baja y que no goteen en caso de incendio.
Cualidades que, presuntamente, no cumplían en el caso del Burro Canaglia, pues los testigos han asegurado que nada más prender la chispa todo salió ardiendo en cuestión de segundos.
El flambeado de una pizza en una de las mesas, según han testificado algunos comensales, fue el detonante.
¿Qué ocurre con la licencia?
Otro punto que está generando debate es el asunto de la licencia.
Aunque Almeida ya ha señalado que la normativa no le obligaba a tener salida de emergencia dado su tamaño, según ha publicado 'El Español', en la web Ayuntamiento se indica que este bar estaba bajo la denominación de "bar sin cocina".
Un tipo de locales en los que se permite servir aperitivos o bebidas pero "sin elaboración".
Pero el restaurante sí ofrecía platos que se cocinaban en el local, aunque el mismo medio ha señalado también que el restaurante contaba con una licencia urbanística de 1997 que lo define como "cervecería", que según la normativa sí autoriza a disponer de elementos para cocinar como horno o plancha.
Pero el presente grupo comenzó su actividad en 2021 y adquirió esta licencia en 2019, por lo que ahora se está investigando si pasó todas las inspecciones pertinentes y si ejercía la actividad acorde a la legalidad.
.jpg "Incendio en el bar Burro Canaglia de Madrid")
Si (
No(
