El Presidente de EEUU afirmó que la situación empeora día a día
Un agobiado Bush reconoce que vive un ‘momento crítico’
martes 30 de septiembre de 2008, 16:53h
En una breve alocución por televisión, desde la Casa Blanca, tras el histórico derrumbe de Wall Street del lunes, el presidente George W. Bush instó al Congreso a alcanzar un acuerdo sobre el plan de rescate de la economía.
La Cámara de Representantes rechazó el lunes un plan de socorro financiero elaborado por el Gobierno y los líderes del Congreso. El 60 por ciento de los legisladores republicanos y el 40 por ciento de los demócratas votó en contra de la propuesta.
El presidente sostuvo que, si el Congreso no aprueba su plan, que tiene un costo calculado en más de 700.000 millones de dólares, el daño para la economía de EE.UU. será "doloroso y duradero". La economía depende ahora, según Bush, "de una acción decisiva de parte del Gobierno".
"Si no actuamos ahora, la situación empeora día a día", subrayó Bush. "Quiero asegurar a nuestros ciudadanos y a los ciudadanos del mundo entero que éste no es el fin del proceso legislativo", agregó.
El rechazo del lunes en la Cámara de Representantes provocó el desplome histórico de Wall Street.
Entretanto, la Comisión Europea expresó su "decepción" por el rechazo del Congreso a aprobar el plan de rescate solicitado por Bush y pidió a las autoridades de Estados Unidos que asuman su "responsabilidad" y den "pronto" luz verde a estas medidas para devolver la estabilidad a los mercados.
"Las turbulencias a las que nos enfrentamos tienen su origen en EEUU y se han convertido en un problema internacional. Los EEUU tienen una responsabilidad especial en esta situación. Esperamos que la decisión se apruebe pronto", dijo el portavoz del Ejecutivo comunitario, Johannes Laitenberger.
"EEUU debe asumir su responsabilidad en esta situación y actuar con una visión de Estado por el bien de su propio país y por el bien del mundo", resaltó.
El portavoz de la Comisión aseguró que las autoridades europeas "están asumiendo sus responsabilidades" y dejó claro que el Ejecutivo comunitario apoya la decisión de Bélgica, Francia y Luxemburgo de inyectar 6.400 millones de euros para rescatar a la entidad franco-belga Dexia y la iniciativa del Gobierno irlandés de garantizar todas las cuentas bancarias por un periodo de dos años.