¿Se acabó la prosperidad socialista?

Por cierto, en esa oportunidad el gran navegante escribió en su bitácora de viaje que había llegado al paraíso terrenal; ¿acaso una premonición del "mar de la felicidad actual"? Eso significa, Sr. comandante en jefe, que la globalización es como la fuerza de gravedad: no se puede ordenar su desaparición. Lo que sí se puede hacer es insertarse de manera inteligente. Aunque sea mucho pedir. Pero una cosa es una inserción interdependiente basada en la diversificación económica, y otra, una inserción ultradependiente basada en la venta de un solo producto, sin valor agregado, a un solo país.

La crisis que afecta en estos momentos a la mayor economía del mundo no es más que un reacomodo necesario e inevitable del capitalismo. Al momento de escribir este artículo, el petróleo venezolano se acerca peligrosamente a los 70 dólares por barril y según las predicciones el precio puede seguir bajando. No es posible imaginar cómo ese hecho pueda no impactar la economía venezolana, ni cómo, con medidas orientadas a restringir el uso de celulares y otras minucias anunciadas para disminuir el gasto pueda el Gobierno afrontar la estruendosa realidad de la disminución de los precios de nuestro único producto de exportación. Porque, ¿cómo no pensar, por ejemplo, en los desastrosos efectos que generará en Venezuela la decisión de Estados Unidos de disminuir en el mediano plazo su dependencia petrolera?; lo menos que un gobierno sensato debería plantearse sería la formulación de los escenarios para visualizar algunas estrategias para enfrentar la amenaza.

Pero, en lugar de ello, la realidad nos muestra un Gobierno preocupado solamente por "su guerra antiimperialista" y por ser la cabeza de un movimiento antiglobalización formado por una coalición de gobiernos gorrones, mientras tenemos un país mucho más dependiente que nunca del ingreso petrolero. Dejamos de producir lo que comemos confiados en que podríamos importarlo todo con esos ingresos que ahora han empezado a caer y en que, según algunos voceros oficiales, se mantendrían cercanos a los 200 dólares por barril.

La gran ironía es que la actual crisis económica internacional, termine siendo mortal para la "revolución bolivariana" y tan sólo un ajuste para los países que lideran el odiado sistema capitalista. Sólo la ceguera de este gobierno socialista le impidió comprender que, quiérase o no, dependemos del sistema económico globalizado. ¿Se cumplirá aquello de patria, socialismo o muerte?