Automotrices de EEUU en plena crisis

Ejecutivos de la industria automotriz estadounidense tenían todo listo para reunirse con legisladores de su país para pedir ayuda para sobrevivir a la desaceleración económica mundial, que el líder del sector, Toyota Motor Corp, advirtió arrastraría sus ganancias operacionales a un mínimo de 13 años.

Analistas del sector también dijeron que General Motors Corp y Ford Motor Co reportarían el viernes fuerte pérdidas en el tercer trimestre, a causa del derrumbe de la demanda en América del Norte y otras regiones, por lo que anunciarían más recortes de empleos y de producción.

GM precisó a sus empleados que anunciaría "cambios importantes" en sus operaciones en un encuentro con el personal programado para el viernes, debido a que ambas firmas están tomando medidas para proteger su liquidez en medio de la desaceleración más profunda que haya registrado a la industria automotriz estadounidense en un cuarto de siglo.

Después de una semana de advertencias sobre las ganancias por parte de seis de los otros siete fabricantes de autos japoneses, los observadores de la industria se preparan para un panorama similar en Toyota, que hasta hace poco era la envidia del sector con ocho años consecutivos de crecimiento en sus ganancias.

El recorte del 63 por ciento en la estimación sobre las ganancias operacionales, a 600.000 millones de yenes (6.100 millones de dólares), estuvo muy lejos de las previsiones más pesimistas, por lo que las acciones de Toyota que cotizan en Estados Unidos cedieron un 17,5 por ciento.

Sería la menor ganancia para Toyota desde el año fiscal 1995/96 y representaría una caída de un 74 por ciento frente al récord de 2,2 billones de yenes alcanzado el año pasado.

"Estoy sumamente sorprendido", comentó Koji Endo, analista de Credit Suisse. "Las ganancias del primer semestre ya superaron los 580.000 millones de yenes, así que eso significa que la compañía espera prácticamente una ganancia nula en el segundo semestre", agregó.

El fabricante del sedán Camry, del híbrido Prius y la camioneta Tundra redujo su producción, eliminó empleos temporales y ofreció incentivos sin precedentes a los compradores, a medida que las ventas disminuían en mercados clave por la galopante crisis global.