Miedo a la recesión

Las bolsas han vivido una nueva semana de idas y venidas. Se produjeron decisiones importantes como la del Banco de Inglaterra y la del BCE de bajar los tipos de interés. Sin embargo, precisamente eso fue lo que hizo que los inversores valoraran la recesión a la que las economías occidentales se enfrentan en los próximos meses. En España se conocieron cifras de paro escalofriantes. También en Estados Unidos. Las bolsas querían más bajadas de tipos, a la vista de que la inflación gracias al petróleo está en descenso. Sin embargo, la tranquilidad no vuelve por más que el ajuste en el año haya sido considerable.

   Y es que se han publicado previsiones dramáticas del FMI, y se producirán de la OCDE. Todas auguran para España descensos en el PIB que nos van a llevar a decrecimientos del PIB cercanos al 1 por ciento. Y a tasas de paro que van a situar la morosidad bancaria en registros desconocidos en los últimos años. Parece que además los bancos, vamos a ver cómo lo valoran los mercados en los próximos días, van a necesitar en España más capitalización. Quizás el millonario fondo del Gobierno español acabe siendo para arreglar los problemas de las entidades financieras, y no tanto para conceder nuevos créditos a familias y empresas. Era algo que por temido resulta poco sorprendente. La transparencia va a brillar por su ausencia. Y esto preocupa, y mucho, a los españoles que a pesar de las medidas paliativas del Gobierno para parados y autónomos no van a la raíz de los problemas. No se ve a un Gobierno que aborde soluciones globales y estructurales destinadas a que las empresas ganen en actividad y en generación de empleo. O al menos que eviten el cierre de empresas y el despido masivo de trabajadores.

   La Bolsa, para los expertos, aún dará algunos sustos por más que haya bajado bastante en lo que va de año. Pero parece lógico pensar que hay a largo plazo algunas oportunidades. Hay expectativas con la bajada de tipos. También con la victoria de Obama, aunque esté todo por saber en este sentido. Las interrogantes se multiplican y los nervios siguen haciendo mella en unos inversores que no saben a qué quedarse. Los próximos días serán cruciales.