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OPINIÓN//Victor GIJÓN

Matonismo

Matonismo

jueves 22 de febrero de 2007, 18:55h
Hay variadas formar de silenciar las voces discrepantes. A lo suave o por la brava. Del todavía alcalde de Santander, Gonzalo Piñeiro, sabíamos que exigía de los directores de algún periódico local cambiar a los periodistas que cubrían la información municipal en cuánto no reflejaban lo que él quería.
A otros medios de comunicación se les veta sin más, prohibiendo a todos los concejales de su grupo político que acudan, incluso si es para informar del tiempo, de los cementerios o de los jardines. Un veto que logró colar como acuerdo de la Ejecutiva del PP y que hoy obliga a discriminar a ese medio a personas ajenas al conflicto como es el caso de Ignacio Diego.

Conocíamos, también, la propensión de Piñeiro a mandar a la policía municipal a comprar revistas de quiosco en quiosco porque publicaban un articulo sobre sus propiedades y como las había obtenido. Pero aún no había cruzado la línea de hacer critica política al rival político retorciendo aspectos profesionales y personales. Claro que tan sucio trabajo se lo ha dejado a su partida de la porra (leer el articulo de Víctor J. Cavia, concejal del Ayuntamiento de Santander, en la sección En Libertad).

A Piñeiro y compañía parecen molestarle las opciones sexuales de algunos, lo cual es comprensible dada las ideas fascistas que el alcalde abrazó de joven, cuando atacaba a demócratas con bates de béisbol y cadenas. Pero que le moleste que haya políticos que tengan trabajo es algo que uno no espera que se convierta en motivo de ataque.

Claro que pensándolo bien puede ser el resultado del juego de espejos: No les gusta lo que ven en otros, porque se sienten reflejados y salen perdiendo. Y es que Piñeiro, Recio o Sañudo, por citar solo a lo más selecto del ala matonil del Grupo Municipal del PP, ya no recuerdan cuando trabajaron alguna vez, si es que lo hicieron.

Piñeiro fue nombrado consejero por Hormarchea en 1987 cuando hacia que dirigía un agencia de viajes propiedad de su familia. Recio dejó hace tiempo la venta de fruta. Y cuando Sañudo navegaba los barcos todavía iban a vapor. No me extraña que con esos pasados y presentes les moleste que haya compañeros de corporación municipal que se ganen la vida trabajando.
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