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El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos retrocedió 0.5 por ciento en el tercer trimestre (a ritmo anual) con respecto al anterior, según la nueva estimación publicada este martes por el Departamento de Comercio, que inicialmente preveía una baja de 0.3 por ciento.
La caída resultado de una baja de las compras de bienes duraderos (-15.2 por ciento), y de bienes no duraderos (-6.9 por ciento), es la más fuerte desde 1950.
La nueva cifra se corresponde con el promedio de los pronósticos de los analistas. La revisión se explica por la reducción más pronunciada de lo esperado del consumo, motor tradicional del crecimiento en Estados Unidos, por un peor desempeño del comercio exterior a causa de la caída de las exportaciones, y por gastos del Estado Federal menor que lo anunciado inicialmente. En el segundo trimestre, el crecimiento fue de 2.8 por ciento.
"La mayor parte de los componentes principales del PIB contribuyeron al retroceso del crecimiento en el tercer trimestre", indicó el Departamento de Comercio en un comunicado.
El gasto de consumo de las viviendas, que en tiempos normales representa cerca de 70 por ciento del crecimiento de la economía estadounidense, cayó 3.7 por ciento, indicó el comunicado. Es la más fuerte caída desde el segundo trimestre de 1980. Inicialmente, se esperaba un retroceso de 3.1 por ciento.
Es una de las consecuencias de la crisis, que ha obligado a numerosos estadounidenses a recortar sus gastos diarios y a posponer compras grandes, como producto de la combinación del aumento del desempleo y de la dificultad de obtener créditos.
En total, el retroceso del consumo de las familias hizo perder 2.69 puntos de crecimiento a la economía (en vez de los 2.25 puntos estimados inicialmente).
El alza de los gastos del Estado federal fue revisada a 5.4 por ciento (en vez de 5.8 por ciento), lo que es la más fuerte progresión desde la primavera de 2003. Su contribución al crecimiento fue de 0.96 puntos.
De manera más artificial, la variación de las reservas de las empresas aportó 0.89 puntos de crecimiento.
Seguido de cerca por el banco central para medir la inflación, el índice de los precios ligados a los gastos del consumo (PCE) progresó 5.2 por ciento a ritmo anual en el tercer trimestre. Excluyendo energía y alimentación, su alza fue de 2.6 por ciento.
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