A juzgar por lo visto en la mañana de este miércoles, para poco o nada. Rajoy preguntó a Zapartero por el asunto de las posible venta de las acciones de Repsol en poder de Sacyr a la rusa Lukoil. Incluso el presidente del PP amenazó al presidente del Gobierno con acusarle de un "escándalo mayúsculo" si en este asunto no se actúa contemplando los intereses de los españoles. Pero Zapatero sólo se limitó a repetir que "el Gobierno va a hacer las cosas bien" (sin informar de cómo se hacen las cosas bien o mal). Ni una palabra sobre los dimes y diretes que acusan al Ejecutivo de injerencias en favor de alguien como Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso (de hecho, este nombre no apareció en el debate) ni tampoco de cómo intervino el ICO para que Sacyr comprara el 20% de las acciones de Repsol.
Nada de nada: el presidente del Gobierno se cerró en banda hablando de su obligación de defender a las empresas nacionales, siempre con respeto al libre mercado: "vamos a apoyar, pero no a intervenir". Esto fue lo que dio de sí el debate en torno a un tema que provoca los titulares en los medios de comunicación y no pocas acusaciones contra Moncloa de favorecer a determinados personajes del mundo económico.
¿No sería hora de que José Bono propiciase cambios en el reglamento, de forma que estos intercambios dialécticos entre Gobierno y oposición pudieran ser más profundos y vivos?
Si (
No(
