Alcaraz (AVT): Manipulador y manipulado

Vamos a empezar a llamar a las cosas por su nombre, sin que el respeto y la lealtad a las víctimas nos condicionen como han venido haciendo hasta ahora, al menos con algunos como el que esto escribe. Porque ya está bien del señor Azcaraz y algunos de los dirigentes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y de la utilización que están haciendo desde su pedestal.

Y ya está bien de quienes usan a esa AVT, con la complicidad de parte de su dirección y de su presidente para sacar rédito político. Menos más que los dioses son sabios y le dan a cada uno la cara que tiene, que viene a reflejar, a veces, la estulticia que inunda su inteligencia.

La última concentración, escasa por cierto, me vino a recordar aquellas otras de finales de los setenta y principios de los ochenta, con sus gritos – entonces- de Ejército al Poder y Gobierno Asesino y otras lindezas. Pues si. Me las recordó mucho. Igual que me recordó el respeto, la rabia y el dolor que me embargaban cuando pensaba en las víctimas y en la utilización de las mismas por parte de aquella extrema derecha que pensamos que estaba condenada a las páginas de la Historia. Ahora está escondida en las filas del PP. Pues bueno, a lo mejor está hasta bien.

Entonces ya se apropiaron de algunos símbolos que no les pertenecían, como el Himno Nacional – que al fin y al cabo es de todos, nos guste o no, con letra o sin ella – y de canciones militares, como el Himno de Infantería o la Canción del Legionario. También todo esto estaba en el saco del olvido, cuando estos señores de la dirección de la AVT o quienes manipulan a los asociados, además del Himno Nacional y otros símbolos, han hechos sonar las notas y la letra de la canción castrense La muerte no es el final que se utiliza para honrar a los muertos militares al toque de Oración.

Resulta extraño que una asociación civil, aunque cuente con militares en sus filas, utilice estas entrañables notas en un actos de clara violencia verbal contra el Gobierno y los jueces. No lo resultaría – tan extraño - si se demuestra que en esas concentraciones participan, y de manera muy activa para aprovecharlas, ciertas asociaciones militares que andan últimamente muy crecidas aunque no se sabe muy bien por qué.

En fin, que el señor Alcaraz tiene cara de lo que tiene, que ha manipulado demasiado a sus asociados y politizado en extremo la AVT, que, además, se ha dejado manipular y que ahora pudiera ser que lo estuviera siéndolo por quienes tienen propósitos muy alejados de aquellos que figuran en los estatutos de la Asociación.

Ah¡ Y que parece que la mayoría de la gente cree que la política debe hacerse en el Parlamento y no en la calle.