Se acaba, para casi todos, el culebrón de los explosivos

Los análisis cuantitativos del explosivo utilizado en los atentados del 11-M han detectado sólo trazas de dinitrotolueno (DNT), lo que confirma que no se trata de un componente básico de la dinamita empleada.

Según fuentes de la Audiencia Nacional que citan EL PAÍS y ABC, que publican esta información de forma destacada, el DNT estaba en concentraciones "mínimas, en todos los casos inferiores al 5%", lo que significa que no se trata de otra dinamita distinta a la GOMA 2 ECO, que sufrió en su fabricación o en otro momento algún tipo de contaminación de DNT.

Ambos periódicos explican que ocho peritos se encargan del análisis de los explosivos: cuatro pertenecen a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los otros cuatro representan a tres acusaciones particulares, dos de ellas en nombre de asociaciones de víctimas que ponen en cuestión la investigación judicial y policial y defienden la llamada 'teoría de la conspiración'.

Precisamente, los peritos de las acusaciones y de un imputado, Jamal Zougam, rechazan firmar el informe. En relación con este asunto, EL PAÍS titula en portada: "El análisis final de los explosivos del 11-M desbarata la tesis clave de la conspiración".


Un ex colaborador de ETA recusa a un perito por ser padre de una víctima

Por otro lado, el abogado de una de las acusaciones particulares recusó el lunes por falta de imparcialidad a uno de los ocho peritos que está participando en los análisis periciales de los restos de explosivos hallados durante las pesquisas de los atentados que fue encargado por el tribunal del 11-M.

El recusado, el químico Gabriel Moris, es vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y padre de una de las víctimas del tren atacado en la calle Téllez.

Según el letrado González Boyé, eso le lleva a incurrir en dos causas de recusación previstas en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. El tribunal decidirá sobre la recusación a lo largo de esta semana.

Pero lo que destaca el diario ABC es que este abogado, de origen chileno, fue condenado a 14 años por colaborar con ETA en el secuestro de Emiliano Revilla. Estudió Derecho en prisión. ¿Un culebrón auténtico?