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Atraso y culto a la personalidad

Atraso y culto a la personalidad

viernes 19 de diciembre de 2008, 00:12h

El Libertador condena el personalismo continuista que hasta hoy plaga el continente

Donde las mayorías alcanzan máximo desarrollo material y cultural se hace fuerte el rechazo al personalismo; en tanto en países donde predomina la marginalidad sienta sus bases un caciquismo mesiánico que invariablemente acarrea continuismo. Uno sostén fundamental de la democracia norteamericana -de solidez universalmente reconocida- lo estableció su primer presidente, George Washington, cuando impuso la tradición de no admitir más de dos períodos presidenciales de cuatro años.

Su tradición sólo fue rota por Franklin Delano Roosevelt en vísperas de la II Guerra Mundial. Pero tan pronto murió Roosevelt, Estados Unidos adoptó una enmienda constitucional -una de las pocas a una constitución de más de dos siglos- específicamente destinada a prohibir que su caso se repita.

Simón Bolívar, libertador de cinco naciones y creador de Bolivia, y firme admirador de George Washington, le reconoció muy especialmente el ejemplo al oponerse al continuismo y al dominio personal.

Rechazo a la reelección El 4 de junio de 1826, Bolívar se dirigió desde La Magdalena al presidente del Senado de Colombia notificando su rechazo a la reelección. Entre sus argumentos expuso que: "La honrosa lección que me ha dejado el héroe ciudadano, el padre de la gran República Americana no debe ser inútil para nosotros. El pueblo quiso nombrarlo nuevamente para la primera magistratura; generosamente mostró el peligro aquel virtuoso general, a sus conciudadanos, de continuar indefinidamente el poder público en manos de un individuo".

Más allá de reiterar -como en tantas ocasiones- su profunda admiración por Estados Unidos y por su primer presidente, el Libertador condena firmemente el personalismo continuista que hasta hoy plaga nuestro continente, a veces usurpando su nombre y legado. Bolívar siempre buscó la superación y no la degradación de los pueblos.

¿Será que el mesianismo viene del subdesarrollo o viceversa? Como en tantas cosas se trata de una combinación de factores: el uno refuerza al otro generando un círculo vicioso.

La ingenuidad de poblaciones sumidas en la marginalidad se une a las falsas esperanzas que levantan demagogos; y a su vez éstos revelan innato desprecio por "el pueblo" llevándolo -cual flautistas de Hamelin- al atraso y a la miseria tan sólo para atornillarse en el mando.

Queda esperar que la inevitable debacle genere aprendizajes que -como en Alemania- libere por siempre a las grandes masas del culto a la personalidad.

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