El confidente de la Guardia Civil y presunto colaborador de la "célula" terrorista del 11-M Rafa Zouhier ha dicho ser "superinocente" al inicio de su declaración y ha reiterado que avisó a las autoridades de que un grupo de asturianos habían vendido 150 kilos de explosivos en Madrid. Por otra parte, el informe pericial de los explosivos que estallaron en los trenes el 11 de marzo de 2004 explica que la cantidad hallada de dinitrotolueno (DNT), no superó el 0,0088 en ninguna muestra. Este componente no se encuentra en la goma 2 ECO, que supuestamente se utilizó para explosionar los trenes.
La Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional, que juzga los atentados del 11-M, distribuyó el informe pericial preliminar referente a la cantidad de dinitrotolueno (DNT) encontrada en los restos de explosivos que estallaron en los trenes y los hallados en otros escenarios de la investigación, no superó en ningún caso el 0,0088 por ciento en ninguna de las muestras. Esta cantidad corresponde a 67,8 miligramos de explosivo del patrón-muestra empleado en los análisis
Las copias del informe entregadas este martes a las partes constan de cinco páginas y cuentan con la firma de siete de los ocho peritos actuantes en el análisis, entre los que se encuentran dos miembros del Cuerpo Nacional de la Policía, dos de la Guardia Civil y cuatro aportados por las diferentes partes en el proceso.
En un apartado de alegaciones, suscrito por tres de los peritos de parte, se indica que en tres muestras concretas el contenido de DNT ha sido cero, y que dichas muestras han sido aportadas por la Guardia Civil y la Audiencia Nacional. Se trata de las muestras denominadas 9-5 -procedente del explosivo hallado en las vías del AVE en Mocejón (Toledo)-, y las numeradas como 10-2 y 10-3B -ambas recogidas entre los escombros del piso de Leganés (Madrid) donde se suicidaron siete terroristas.
El confidente de la Guardia Civil y presunto colaborador de la "célula" terrorista del 11-M Rafa Zouhier ha dicho ser "superinocente" al inicio de su declaración ante la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional y declaró insistentemente que él había avisado a las autoridades españolas de que un grupo de asturianos había vendido 150 kilos de explosivos en Madrid.
El interrogatorio de Zouhier, para quien se solicitan 20 años de cárcel, fue el primero realizado en este juicio por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, con quien el procesado polemizó abiertamente durante la declaración. Esto le valió continuas reprimendas por parte del presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, que incluso llegó a decirle en una ocasión que se callara "de una puñetera vez" y se limitara a contestar a las cuestiones en vez de cuestionarlas.
La declaración de Zouhier elevó notablemente la tensión con la que hasta ese momento había transcurrido la séptima sesión del juicio por el 11-M en el pabellón de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo, en Madrid. Cuando se declaró "superinocente", Gómez Bermúdez le dijo a Zouhier que lo de "super" sobraba, y le avisó de que no le iba a "pasar ni una" durante su intervención.
A preguntas de Zaragoza, Zouhier dijo que vive en España desde los 13 años, y que ha trabajado de forma legal en hostelería, como empleado de hogar e incluso en un srtriptease y también ha traficado con hachís. "Pero es que si hubiera sido médico, abogado o fiscal no me hubiera enterado de lo que me enteré", afirmó, en relación con los explosivos presuntamente facilitados por el ex minero José Emilio Suárez Trashorras. "Qué culpa tengo yo de los explosivos que explotaron en los trenes, yo le avisé a usted, que representa la Ley", insistió Zouhier ante el fiscal jefe.
Uno de los puntos de la declaración que más elevó el tono de la sesión fue el relativo a unas informaciones de Zouhier cuando, estando preso en la cárcel de Villabona, en Asturias, avisó de que el también procesado de la trama asturiana Antonio Toro había pasado el teléfono de un miembro de ETA a su cuñado Trashorras durante una visita.
Sobre los explosivos, reconoció que no avisó de las reuniones celebradas en los MacDonald's entre los asturianos y Jamal Ahmidan, "El Chino" -uno de los siete suicidas de Leganés- y lo explicó señalando que creía que éstos ya eran seguidos por la Policía porque ya había avisado insistentemente de su intención de vender explosivos en Madrid. "Creía que hasta los asturianos eran de ETA porque, para qué sirven los explosivos de este país", agregó.
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