Así lo revela un análisis de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV), que muestra la dimensión de los efectos de la crítica situación económica en el mundo.
Esto a pesar de que las autoridades económicas habían asegurado que Bolivia estaba “blindada” contra la crisis.
En el sector minero la crítica situación persistió y el cobre se desvalorizó en 23,8 por ciento y el zinc en 10,3 por ciento.
En el primer caso el costo de la tonelada bajó de 4.895 dólares a 3.724 dólares y el del zinc de 1.303 a 1.169 dólares (ver cuadros de apoyo).
Este último mineral desde hace algunos meses sufrió un deterioro constante, pues en marzo llegó a cotizarse en 2.279 dólares la tonelada.
El estaño bajó su cotización de 14.423 dólares la tonelada a 13.574 dólares en un solo mes. La libra fina alcanzó su nivel más bajó el martes, cuando llegó a 4,49 dólares, según el London Metal Exchange (LME). Estos dos minerales son los principales que exporta Bolivia.
La crisis de la actividad extractiva provocó el cierre de 11 ingenios de un total de 29 en Potosí y cinco cooperativas en La Paz y Oruro que se dedicaban a la explotación de zinc, y empresas grandes como Sinchi Wayra comenzaron a retirar personal en sus minas.
Según la BBV, la caída de precios también persistió en los productos agrícolas.
La tonelada de soya descendió de 339 a 329 dólares y el aceite de soya de 809 a 729 dólares en el mercado externo.
Las ventas de este producto y sus derivados a septiembre habían alcanzado un nivel de 465,1 millones de dólares.
La principal queja del sector es la falta de provisión de diésel para continuar con la producción, lo que obligó a sus afiliados a marchar con tractores hace dos semanas en Santa Cruz.
Según el reporte de la BBV, el barril de petróleo en noviembre bajó en 25,7 por ciento.
En octubre se cotizaba en 73 dólares y en noviembre cayó a 54 dólares y en diciembre incluso bajó a menos de 40 dólares. Esta materia prima en julio alcanzó un precio máximo que superó los 140 dólares.
Esta cotización sirve de referencia para el gas natural, cuyo valor se fija de una canasta de fuel oil y varía cada tres meses. Su descenso en noviembre fue modesto, de 242 a 241 dólares el millón de metros cúbicos.
El Gobierno proyecta para 2009 un promedio de 73,50 dólares el barril y para el gas natural 5,31 dólares el millar de BTU (unidad térmica británica).
El ex gerente de la BBV Armando Álvarez opinó que el descenso de precios de las materias primas es un síntoma de la contracción de la demanda en Estado Unidos, Europa y Asia.
Advirtió que la situación puede deteriorarse más dependiendo de las medidas que se adopten en Estados Unidos, Europa y China para hacer frente a la crisis, pero eso llevará tiempo. En el caso del petróleo la reducción de la oferta en dos millones de barriles por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) puede frenar la caída de precios, lo que no sucede con la minería.
Según Álvarez, la caída de precios y la crisis reducirán las exportaciones, las remesas frenarán el crecimiento económico y, por lo tanto, habrá una menor oferta de divisas.
Todo eso ocasionará un descenso de las Reservas Internacionales Netas (RIN) , lo que presionará a que el dólar nuevamente se valorice en el país.
La mora se elevará más
La Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) indicó que uno de los efectos de la crisis económica internacional en el sistema financiero será el incremento de la mora.
En la presente gestión esta variable, que mide la falta de pago de los prestatarios de la banca, llegó al 5 por ciento, el nivel más bajo de los últimos 15 años, producto del crecimiento económico del 6 por ciento. La entidad también sostiene que se contraerá la canalización de créditos.
La cartera de préstamos hasta el primer semestre del año llegó a 4.611,8 millones de dólares, es decir 400,8 millones más que en 2007. Mientras que los depósitos del público crecieron en 936,4 millones de dólares y llegaron a 6.215,9 millones de dólares.
Según Asoban, otro de los efectos inmediatos de la crisis mundial en la economía boliviana será la disminución de las remesas.
El valor de estos recursos enviados por los emigrantes se calcula en alrededor de los mil millones de dólares, que representan un valor de 2,7 millones diarios, que en alrededor del 50 por ciento se destinan al consumo.
Asoban estima que la caída de estos ingresos puede ser del 20 por ciento a 25 por ciento como consecuencia del desempleo que se comenzará generar en los países golpeados por la crisis.
Esto a su vez provocará un mayor desempleo en Bolivia, porque a los inmigrantes cesantes en Europa y de otras naciones no les quedará otra alternativa que regresar.
Más datos
La crisis externa se agravó a partir de la caída de las bolsas de valores en Estados Unidos.
La minería fue uno de los primeros sectores en sentir los efectos de la situación internacional.
El descenso del barril de petróleo a menos de 40 dólares reducirá los ingresos del país.