La zona, próxima a la antigua Feria de Muestras de Bilbao, la estación de autobuses Termibus, la Hacienda foral de Vizcaya y el estadio de San Mamés, fue acordonada por efectivos de la policía autónoma y desalojada justo antes de la explosión lo que pudo evitar daños personales. Sólo un trabajador resultó herido leve por dolencia de tímpanos como consecuencia de la deflagración y por su parte, los artificieros de la Ertzaintza y policías municipales resultaron ilesos.
Poco antes de la explosión, la Ertzaintza localizaba a una persona maniatada en un paraje próximo a las instalaciones que el Consorcio de Aguas tiene en Arrigorriaga, localidad de las inmeadiaciones de la capital vizcaína. Esta persona resultó ser el propietario de la furgoneta Citröen Jumpy que explotaba poco después, pero a medida que se ha ido conociendo más información se ha sabido que este fue el segundo intento de los terroristas. Al parecer a primera hora de la mañana tres etarras se dispusieron a secuestrar un vehículo, pero al dar el alto a punta de pistola, la mujer que conducía decidió no frenar y atropelló a uno de los terroristas. Poco después secuestraron al dueño de la furgoneta que les sirvió para destrozar la sede de la televisión vasca en Bilbao.
Importantes daños materiales
La explosión se llevó por los aires la cristalera que cubría uno de los laterales del edificio y provocó el incendio de varios vehículos. El comunicante anónimo, que dijo hablar en nombre de ETA, llamó a los bomberos de Bilbao, a las diez de la mañana, y alertó de que una bomba colocada en la televisión pública vasca estallaría antes de las once de la mañana, según informó la Ertzaintza. Finalmente el artefacto ha explotado poco después de esa hora sin registrar daños personales.
También se desalojaron la estación de autobuses de Termibús, de la que parten los autobuses de todas las líneas de largo recorrido así como inmuebles que otros medios de comunicación como
El Mundo, Deia, Antena 3, Expansión y Onda Cero.
La EiTB se ha visto obligada a interrumpir la programación y a emitir únicamente música en este último atentado de la banda, pero dos horas más tarde aproximadamente ya recuperaba la normalidad. No ha sido la primera vez que ETA ataca a la televisión pública vasca, en 2003 colocó otro coche bomba en las inmediaciones, frente a Hacienda, que fue desactivado.
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