Solbes tira la toalla

No ha presentado la dimisión pero está pidiendo a voces el relevo. Me refiero a Pedro Solbes, el vicepresidente y ministro de Economía que ha pasado de negar la crisis  económica a sentenciar que vivimos una situación insólita y -son sus palabras-: "Vamos hacia una situación excepcional"; situación para la que -también según su decir-, el Gobierno no tiene margen de maniobra por haber agotado ya los recursos. Así hablaba el hombre cuando su previsión de desempleo para el año que viene era del 15,9%.

Horas después, desde Bruselas, Joaquín Almunia, en labores de comisario, corregía los datos: este año en, España, el paro subirá por encima del 19% -de ser así, el número de desempleados rondará los cuatro millones de desempleados-. En relación con la cifra del déficit, las previsiones "europeas" también dejan atrás los pronósticos de Solbes. Todo el mundo tiene un mal día pero, en el caso del ministro, el de ayer fue un lunes negro. Un  día negro para un hombre gris al que ya no acompaña aquella cachaza suya que tenía efectos tranquilizantes.

Ahora parece otro: recuerda a aquel personaje literario que vivía angustiado porque le perseguía su sombra -en este caso las cifras del paro y el déficit-. El hombre al que perseguía su sombra no sabía qué hacer para poner fin al permanente desasosiego que apellidaba su vida. El ciudadano Solbes lo tiene más fácil. Visto que ha tirado la toalla, ya sólo le resta dimitir. Dejar paso a otro que pueda idear cómo enfrentar la crisis.