No era el momento mas propicio para que José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, se presentara en el programa de la TVE “Tengo una pregunta”.
La actual crisis económica que no sabe de fronteras y promete seguir golpeando durante un tiempo prolongado a las economías del mundo, expone a los responsables de los gobiernos a ser firmes capitanes de sus barcos en un contexto de vientos y mareas pocas veces vistos.
En una gran muestra de civismo y democracia por parte del pueblo español (conjunción representada en este caso entre ciudadanos, televisión estatal y autoridad de gobierno), Zapatero se enfrentó a las preguntas más diversas haciendo obvia la ausencia total de la más mínima sospecha de que las mismas pudieran ser guionadas, confirmando lo que previamente informara la producción del programa.
El programa, una adaptación de un formato emitido por la cadena francesa TF1, reunió a 100 ciudadanos representativos de la actual sociedad española, seleccionados por el instituto TNS Demoscopia y tuvo el objetivo de ser una muestra representativa de la sociedad española actual, en la que se encuentran ciudadanos de todas las comunidades autónomas, de distintas edades, sexos, profesiones, estado civil y situación laboral.
Según se estima, un total de 6.432.000 espectadores siguieron atentamente las inquietudes de, por ejemplo, José, un joven de Valencia, quien preguntó a Zapatero por qué si los políticos promueven la producción nacional, conducen coches extranjeros -“audis y mercedes”-, y no automóviles fabricados en España –“como los Seat”-. El presidente abogó porque todos los ciudadanos “consuman lo que crean conveniente” y explicó que esas marcas están instaladas en suelo español y dan trabajo a muchos conciudadanos.
Pero el tema protagónico de la noche fue, sin dudas, la actual crisis económica que golpea al mundo, reflejada en España, y la consecuente alza en el desempleo a quien Zapatero calificó de “máxima preocupación en estos momentos”.
La nota de color de la noche la puso Izaskun, una joven con síndrome de Down, quien consultó al presidente de Gobierno si contrataría a una persona con discapacidad. “Mi respuesta es sí”, indicó Zapatero.
En otra ocasión asombrosa, una residente en España proveniente de Angola lo increpó nombrándole la palabra que ningún dirigente quiere escuchar: dimisión, a lo que contesto que fue elegido democráticamente y debe hacerse cargo de su gestión.
Los temas fueron tan diversos que el abanico se hizo muy extenso: España como exportador de armas: "¿Tiene usted idea de cuántos civiles palestinos habrán matado nuestras armas?", fue la pregunta que formuló un joven de Granada molesto porque España venda armas a países que según él no respetan los derechos humanos. También se tocaron temas delicados como el aborto y la violencia de género con la que reflexionó:“hay que denunciarla”.
Y no dudó al contestar sobre el flagelo de la droga, la alta deserción escolar y su permanente enfrentamiento al opositor Mariano Rajoy.
Mostró autocrítica cuando un jubilado de Getxo lo instó a reconocer algún error. El líder de los socialistas reiteró que su mayor equivocación fue asegurar el día antes del atentado de la Terminal 4 de Barajas que un año después estaríamos mejor en materia antiterrorista. “Pedí perdón por ello”, recordó.
Y si de autocrítica hablamos fue tajante al con la ultima reflexión del programa al sentenciar que: “La Justicia no funciona bien en nuestro país. No hemos conseguido la modernización de la administración de la Justicia, que no está informatizada. También necesitamos más jueces y fiscales”.
Mientras tanto, en Argentina, donde la televisión muestra caras tan disímiles a la hora de los contenidos, seria una gran muestra de madurez importar este tipo de formatos donde la gente con sus problemáticas e inquietudes a cuestas, pueda preguntar libremente a los gobernantes (de cualquier cargo y bandera política), quienes votación tras votación son elegidos, gracias a Dios, democráticamente para administrar los recursos de todos los ciudadanos.