La madre del niño que supuestamente sufrió vejaciones de otros menores en el colegio concertado María Inmaculada Marillac en Madrid ha denunciado, este martes, que ni el colegio, ni la Consejería de Educación de Madrid, ni el defensor del Menor le han apoyado en su problema por lo que ha tenido que optar por cambiar a su hijo de centro.
La madre del pequeño ha explicado que la institución del Defensor del Menor les ha dejado "desamparados". "Una persona del Defensor me dijo que preparase a mi hijo, que le dijese que la vida es muy dura y que se podía llevar frustraciones, nos dejaron desamparados", ha matizado. En concreto, y según ha declarado la madre del niño supuestamente agredido, toda la odisea comenzó el 21 de diciembre de 2006 cuando conoció que su hijo había sido víctima de otros compañeros de colegio, pero mucho mayores que él.
"Un chaval le llevó a un aparte en el recreo, le rodearon, le sujetaron por la espalda y empezaron a golpearle, y le prendieron fuego al pelo mientras otros le escupían; cuando se pudo zafar fue a buscar a algún vigilante del recreo y no había nadie, fue a buscar a la tutora y fue cuando le dijo que la dejase en paz, que era una broma", ha explicado la madre recordando el fatídico episodio. Daniel, tal y como ha relatado la madre, intentó entonces llamar a su casa, motivo por el cual "se escapó de clase". "Pero le llevaron frente a la directora, sor Asun, y esta le enseñó unas fotos e identificó a unos cuantos, de los agresores, luego le devolvió a clase".
Al día siguiente, 22 de diciembre, la madre del niño se presentó en el instituto para hablar con la directora, quien la recibió acompañada de uno de los agresores. Tras una conversación, éste les confesó "que sí había sido él el que le había quemado y se vanagloriaba de ello". "Encima se empezó a reír y me dijo que le iba a quemar entero la siguiente vez". Después de esta entrevista con el agresor, la madre decidió ir a la comisaría para denunciar a los cinco menores que habían agredido a Daniel. Pero el acoso no terminó con esa acción ya que después de las navidades, con la vuelta al colegio se reanudaron las amenazas. "Pasaron las navidades y luego volvieron los insultos y las amenazas, les envié notas a la tutora y a la directora para que lo supieran, pero dijeron que no las recibían, lo negaron todo, negaron hasta la agresión".
Por este motivo, la madre del pequeño decidió acercarse una vez más al colegio para entrevistarse con la tutora y con la directora del centro, pero allí no le recibieron cono ella esperaba. "Me dijeron que lo de la denuncia era una puñalada trapera, que los trapos sucios se lavaban en casa, que si no me desdecía en la prensa y quitaba la denuncia no me garantizaban la seguridad de mi hijo en el colegio". Ante la impotencia de no recibir ayuda por parte del colegio, volvió a denunciar los hechos y decidió no volver a llevar a su hijo al colegio María Inmaculada Marillac. "Mi hijo está sin ir al colegio, porque estaba todos los días malo, todos los días vomitaba, tenía miedo, quería dormir conmigo, había ido hacia atrás. Le hemos llevado a un neurólogo, a un oftalmólogo, pero nos han dicho que está todo relacionado con el sistema nervioso".
Ahora, a mitad del curso lectivo, Daniel espera en casa la decisión de la Comisión de Escolarización que es el órgano que debe asignarle la plaza en otro instituto. "Está tranquilo a ratos, está menos nervioso, ya no vomita pero de repente se pone nervioso, le sube la fiebre... Tiene miedo, no se sabe a qué, dice que le ha traicionado todo el mundo, dice que tiene miedo a los que le pegaron".
Consejería de Educación
La madre también ha criticado que desde la Consejería de Educación le dijeran que las conclusiones del expediente abierto por parte de la inspección sobre las supuestas vejaciones, dictaminaban que "no había ni pruebas ni testigos por lo que cabía la posibilidad de que se hubiese autolesionado". Además, ha denunciado que el Defensor del Menor les prometió que se iban adoptar "las medidas oportunas" siempre y cuando estuviesen "callados".
En este sentido, ha declarado que "nos dijeron que iba a haber vigilancia y que se habían tomado las medidas oportunas por parte del colegio". Sin embargo se enteró que las medidas que tomaron era castigar a los agresores sin viaje de fin de curso pero seguieron yendo al colegio. Han seguido acosando, han dado una paliza a otro niño, y amenazan también a los amigos que protegieron a mi hijo", ha indicado.