Los secuestrados olvidados

Con un extensa cobertura de los medios de comunicación se realizó la liberación de tres policías y un soldado colombiano en poder de las FARC. En estas liberaciones, las últimas de una serie de liberaciones de rehenes destacados que se han producido en el último año, actuaron como mediadores el Comité Internacional de la Cruz Roja, el gobierno de Brasil y la congresista colombiana Piedad Córdoba.

Colombia y el mundo celebraron la liberación como se hizo cuando la FARC liberó a Ingrid Betancourt, y con toda la razón – ver a familiares o compatriotas liberados después de años de angustia y sufrimiento no es algo que pasa todos los días en Colombia.

Al ofrecer nueva esperanza y liberar personas secuestradas, la FARC y los otros grupos guerrilleros, por un breve instante, parecen ser los benefactores. Pero no se puede olvidar que fueron ellos los que cometieron el crimen del secuestro. Cometieron graves violaciones de derechos humanos al privar las personas de su libertad tanto como su derecho a ayuda medica, como lo confirman repetidas veces los relatos de rehenes liberados. Las liberaciones no borran el crimen de lesa humanidad que significa el secuestro, ni satisfacen el castigo de la gente responsable de lesionar de esa forma brutal e inhumana a las personas victimas del secuestro.

Ahora quedan unas 22 personas en manos de los guerrilleros de la lista de "canjeables" y cientos más que han sido secuestrados para conseguir recompensas económicas. Amnistía Internacional quiere llamar la atención a estos prisioneros para que no sean olvidados.

Es cierto que las múltiples liberaciones que se han visto durante este último año son un significativo paso adelante pero es imprescindible que todos los rehenes sean liberados de forma urgente e incondicional. Hasta que no se cumple esto es vital que los grupos guerrilleros traten humanamente a todas las personas que capturan, sean civiles o miembros de las fuerzas armadas. El tratamiento humano de cualquier persona que esté en poder de las FARC o del ELN debe ser respetado, independiente de que las autoridades accedan a sus demandas.

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Virginie Houdmont
Coordinadora de Medios
Amnistía Internacional Chile