Xenofobia y Proteccionismo

Desde la caída de la URSS en 1992, la agenda mundial se había concentrado en los siguientes temas:

a) Globalización y desregulación de la economía
b) Achicamiento del Estado y subsidiaridad de su rol
c) Regionalización, como preparación para universalizar la legislación en la Organización Mundial de Comercio (OMC)
d) Reforma de la Carta de las Naciones Unidas
e) Efecto invernadero y otros fenómenos medioambientales
f) Agenda social del Milenio y aportes de los más desarrollados al mundo en desarrollo.

 El “octubre negro” del 2008 sacudió hasta sus cimientos estas prioridades basadas en un modelo de crecimiento continuo y lineal que proponía una tasa acumulable promedio del 3% para las economías centrales y otra del 6% para las emergentes con un 0.7% del PBI como aporte de los más ricos a las economías más sumergidas de África, Asia y América Latina.
 El derrumbe del cuarto trimestre del 2008, continuado en el primero del 2009 y sus inmedibles consecuencias inmediatas y mediatas, generó un cambio copernicano que borró con el codo todo lo que se había escrito con la mano en los últimos 15 años.
 En Europa, a la semana de “60 horas”, (después de haber defendido la de 35 hace sólo 10 años) y el endurecimiento de las políticas inmigratorias respecto de los extra-zona, hoy se le agrega la “xenofobia” intra-europea en Inglaterra (respecto de la contratación de trabajadores portugueses e italianos), en Italia (respecto de albaneses y rumanos) y en Alemania (de polacos y ucranianos). Es previsible que este fenómeno se manifieste en todos y cada uno de los países de la UE, frente a cualquier migración laboral inter-fronteriza.

 El paquete de salvataje norteamericano (de más de 800 billones de dólares), contempla la cláusula de “Compre Nacional”, que viola toda la legalidad internacional de comercio. A esto hay que sumarle las nacionalizaciones de la banca, seguros y sectores de la industria a travez de las participaciones accionarias del estado.

 Ya Brasil amagó con restricciones a las importaciones y China e India están estudiando hacer lo mismo.

 La “judeofobia”, incrementada por la malsana utilización de los bombardeos israelíes a Gaza, se manifiesta en ataques a sinagogas, cementerios y locales comunitarios judíos por todas partes.

 ¿Estamos recorriendo caminos del pasado? ¿Volveremos a los enfrentamientos nacionalistas y a la discriminación y rechazo de los extranjeros y las minorías como enemigos?

 Como corrreción a este fenómeno de los 20’s a los 40’s, se crearon entre 1945 y 1948, las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el GATT, los Tratados de Rio de Janeiro y Chapultepec en América, la OTAN, la independencia de India y Pakistán, el Estado de Israel, la unificación de China continental bajo Mao Tse Tung y también la “Cortina de Hierro” y la competencia Nuclear y Espacial que caracterizó al mundo dividido en dos Bloques.

 El “Imperio único” rigió sólo 16 años (1992 – 2008) y ahora debemos encontrar los nuevos equilibrios porque, pensar en volver a los años 30’s es ridículo hasta en Argentina (donde hemos llevado el ridículo al nivel de una ciencia exacta).
 Lo que se verifica es el miedo creciente y éste se manifiesta siempre de la misma manera: encerramiento, desconfianza en el otro, contracción irracional del gasto y los desplazamientos físicos, despidos preventivos y suspensión de las inversiones. La creación  de la pendiente, provoca que la bola de nieve aumente su tamaño y su velocidad exponencialmente.

 Sólo una dirigencia lúcida puede contener el pánico y conducir la crisis hacia la salida del laberinto. No alcanzará con la “repetición keynesiana” porque, igual que es imposible volver a los 30’s, lo es pretender reproducir los 50’s. Pero el papel de De Gaulle, la Fiat de los fititos, Kubistcheck y Brasilia, Frondizi y el Desarrollismo, la “Alianza para el Progreso”de Kennedy, el Plan Marshall en Europa, Monet y Adenauer en Francia y Alemania, Tito en Yugoslavia y Nehru en la India, deberá ser reinventado y actualizado para que el incipiente siglo XXI se encauce nuevamente hacia el progreso con que terminó el creativo y violento siglo XX.

 ¿Será posible? Lo es. Ni la xenofobia ni el proteccionismo arreglarán este desastre y más allá que produzca algunos estertores, éstos serán pasajeros e irrelevantes.

 El enano fascista siempre anida en un rincón del corazón y el bolsillo pero, finalmente, quedará allí confinado aunque pegue algunos gritos y cause algunos sustos.

Diego R. Guelar
Secretario de Relaciones Internacionales de PRO