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La primera princesa de Asturias

La primera princesa de Asturias

martes 17 de febrero de 2009, 13:22h
RECENSIÓN AL LIBRO:
CATALINA DE LANCASTER. LA PRIMERA PRINCESA DE ASTURIAS.                           

María Teresa Álvarez.                         
La Esfera de los Libros.
Febrero, 16 de 2009, Pág. 322.


Una periodista, erudita y activa investigadora histórica que es María Teresa Álvarez, ha dejado ya profunda huella de su actividad con documentales divulgativos en Televisión Española como “Viaje en el Tiempo”, dedicado a descifrar enigmas de ese gran personaje que fue Cristóbal Colón. Le siguió “Mujeres en la Historia”. Un gran tema que presenta a la mujer como protagonista de la historia, separándose de la línea tradicional de los tratadistas. María Teresa hace hablar y actuar a  sus mujeres personajes con carácter intimista, destacando la visión especial y la sensibilidad femenina ante todos los acontecimientos de la vida en general, y de los hechos concretos que, con su propia personalidad, tuvieron que enfrentarse y actuar cada una de ellas.
 
    Con sus dotes de escritora sabe vincular la historia y la novela y por ejemplo,  nos presenta en su anterior obra “La Comunera de Castilla” a María Pacheco como una autentica heroína. La viuda de Juan de Padilla, que fue ejecutado por el emperador Carlos V, después de vencer en 1521 a los tres jefes comuneros Padilla, Bravo y Maldonado, continuó luchando contra el emperador, fue condenada a muerte y vivió un doloroso exilio en Portugal. Un ejemplo de mujer que lucha por sus ideales hasta el final de su vida. 

    Otros libros sobre mujeres que han salido de la pluma novelada de María  Teresa Álvarez han sido: Isabel II. Melodía de un recuerdo, El secreto de Maribárbola, Madre Sacramento, Ellas mismas. Mujeres que han hecho historia.

    Su última novela Catalina de Lancaster, Primera Princesa de Asturias, ya figura entre los libros más leídos. Esta futura reina de Castilla, vivió de 1374 a 1418, se casó a los quince años con el príncipe que solo tenía nueve y sería más tarde Enrique III, el Doliente (1379 – 1406).  Recibieron el título de Príncipes de Asturias como regalo de bodas. Desde entonces lo llevaron los herederos al trono. 

     La política de los reyes feudales estaba jalonada por las uniones de reyes o príncipes de distintas coronas, buscando el cese de tensiones o guerras, o bien la ampliación territorial. Pero en estos matrimonios pactados por conveniencia política, también surgía el amor, la fidelidad y la entrega como el caso de Catalina,  enamorada de Enrique, con el que tuvo tres hijos María, Catalina y Juan.

    Durante sus doce años de viudedad, de 1406 hasta su fallecimiento en Valladolid en 1418, asumió la regencia del reino con su cuñado Fernando de Antequera, como tutores de su hijo Juan II, de 14 años. La dedicación y la finalidad de la Reina  fue asegurar a su hijo en el trono. Lo consiguió y el tiempo la convirtió en abuela de los Reyes Católicos. 

    María Teresa Álvarez destaca de la Reina Catalina que supo rodearse de mujeres para gobernar, de su fé católica, amante de la paz y fiel al Rey. Durante su reinado se consiguió conquistar las Islas Canarias para la Corona de Castilla.
 
    El eterno tema de la mujer enamorada de su marido y los celos ante la infidelidad masculina, fuera o no cierta, que Catalina vivió en sus últimos años de matrimonio, permiten a María Teresa Álvarez hacer vibrar al lector ante las preocupaciones personales de la reina en la agitada y tumultuosa vida medieval, que en su momento  pensó en la posibilidad de ser infiel a su marido. Pensamiento desechado. Catalina de Lancaster, Princesa de Asturias, duquesa de Soria, Señora de Molina de Huete, de Atienza, de Coca y reina de Castilla, no cedió a la tentación. Y no lo hizo por respeto a si misma. 

    También resalta la ambición incontenible de algunos hombres, que por obtener títulos y honores son capaces de “vender a su esposa”, como pudo ocurrirle al Marques de Villena, amigo y confidente del Rey.

El curioso lector, al que recomiendo la lectura de la obra, podrá opinar sobre el comportamiento de la Reina.

    María Teresa Álvarez es hoy una escritora y novelista consolidada, que ha difundido la personalidad de una reina, relegada a segundo termino por la generalidad de los historiadores. Y representa, además, para sus adictos lectores, una esperanza de futuro ante la aparición de nuevas figuras femeninas de la historia.

    Como diría Ortega, en la “circunstancia personal” de María Teresa Álvarez, destaca su capacidad de amar. Siente amor por las figuras literarias que ha dado a conocer en sus publicaciones y también por sus seres más cercanos. Lo expresa en la primera página, en la dedicatoria: A mi sobrina nieta Alba. A Sabino, mi marido. 
   
    Con Sabino Fernández Campo, Conde de Latores y actual Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, forma una pareja de destacados intelectuales españoles.
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