Sincerarnos en tiempos de crisis

Claudio Gutiérrez

Sincerarnos en tiempos de crisis

18-02-2009 En los últimos años el ataque a la industria minera fue definidamente en dos frentes: el ideológico y el ambiental.

Del primero se consolidó un pensamiento que deduce simplificando conceptos que desarrollar la minería en países latinoamericanos es igual a despojo de los bienes del conjunto de la sociedad y que sólo benefician a los capitales sin dejar nada a cambio a los países tenedores de bienes naturales explotables y rentables.

Por su parte los cuestionamientos ambientales crecieron en medio de corrientes que basaron su difusión militante y perdurable en los nuevos canales de difusión que ofrece Internet, lo que hizo imparable a esta corriente que, sin mucha raíz ideológica, se plantó sobre la defensa del medio ambiente sin mayores análisis y sin ofrecer debates sobre la posible explotación de los recursos naturales en forma racional y beneficiosa para los pueblos.

Pese a estos planteos que se explayaron a lo largo de nuestras naciones, en Latinoamérica, aparece el caso argentino que puede servirnos para arrojar otra mirada, si se quiere, a esta coyuntura tan disímil, pero real. La industria minera en Argentina concretará durante 2009 la puesta en marcha de cinco emprendimientos en distintas regiones del país sumando entre ellas una inversión que supera los mil millones de dólares.

En el momento de mayor oposición a la industria minera registrada en Argentina desde hace seis años tras los sucesos de Esquel en la provincia de Chubut, y en un pico de alta tensión a mediados de 2006, en el último año ha sucedido en este país algo singular.

Para el presente año se han confirmado la concreción de los proyectos mineros en Gualcamayo y Casposo, en la provincia de San Juan, el proyecto Pirquitas, en Jujuy y los proyectos Manantial Espejo y  San José, en la patagónica provincia de Santa Cruz.

Todo indica que en menos de 9 meses estos cinco emprendimientos mineros de oro estarán en producción. No es un dato menor a pesar de la adversidad frente a los reclamos sociales y a la coyuntura económica mundial.

No obstante y pese a este panorama, queda pendiente en Argentina una profundización de los conflictos sociales entre algunas comunidades y las empresas mineras. Falta profundizar el verdadero sentido y los criterios fundacionales de la necesaria consolidación del desarrollo sustentable.

Se han estado haciendo muchas acciones, pero falta. En ello estamos trabajando universidades, empresas, Ongs, gobiernos para llegar a puntos de acuerdo sobre el uso racional de los recursos naturales. Falta mucho. Pero es el estado en sus diferentes estrato los que deben sumarse activamente desde lo nacional, provincial y municipal.

La minería debe ser explotada en forma estratégica y planificada. Con la apertura de aceptar la necesidad de cambios en las legislaciones y el sostenimiento de políticas públicas  perdurables que den seguridad jurídica y estabilidad a todos los componentes necesarios de esta gran sociedad contractual entre comunidad, Estado, entidades intermedias y empresas. El desafío es sincerarnos para mostrar los beneficios sociales que aporta esta industria, y de esta forma seguir contribuyendo a la inclusión social y desarrollo económico de la nación.

Diariocritico Argentina