Savater presenta su cánon de pensadores

   Durante la presentación de El arte de ensayar (Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores) el director editorial de Círculo de Lectores, Joan Tarrida, ha explicado que el "libro rescata los prólogos sobre obras de pensadores que el autor escribió hace unos años para la Colección Biblioteca Universal del Círculo de Lectores, y que ahora se ponen a disposición del público general".

   Ensayos como Masa y poder (1960), de Elias Canetti; Dialéctica de la Ilustración (1947), de Theodor W. Adorno y Max Horkheimer; El hombre y lo divino (1955), de Marís Zambrano; Tristes trópicos (1955), de Claude Lévi-Strauss; El arco y la lira (1956), de Octavio Paz o El político y el científico (1919), de Max Weber han sido también prologados por Savater en el presente libro.

   Savater (San Sebastián, 1947) resalta, por su parte, que "el motivo por el que se reeditan estos pequeños textos introductorios es, por un lado, el de presentar a ensayistas de los dos primeros tercios del siglo XX, cuyas obras fuesen relevantes, capaces de engendrar nuevas vías fecundas al ensayismo y, por otro, animar e incitar a la lectura de las que yo considero obras canónicas y clásicas de este género".

   Para el articulista y filósofo no fue sencillo hacer esta selección, ya que el ensayo es un "género complejo y de difícil definición, que puede adoptar la forma de testimonios, tratados o especulaciones sin base científica, por citar algunas".

   "Quise incluir a autores muy diversos cuyo campo ensayístico me desbordaba, pero como decía Montaigne, los mejores ensayos son aquellos que se adentran en terrenos que uno no domina del todo, y donde no importa tanto lo que uno sabe como lo que experimenta", ha añadido.

   "Personalmente, siento predilección por aquellos ensayistas, como Freud o Levi-Strauss, que de pronto se revelan ante el lector como grandes escritores", confiesa Savater, que señala a Octavio Paz como uno de sus ensayistas predilectos, "por su capacidad de acercar el mundo moderno y combinarlo con las doctrinas clásicas".

   Savater destaca que, "a veces, se pierde mucho tiempo leyendo el ensayo de última hora y se arrincona a los clásicos". "Con el tiempo, yo mismo he aprendido a depurar mis lecturas; ya no soy el lector penitente que se acaba todo libro que empieza sino que selecciono mucho más todo lo que me interesa", ha concluido.