En lo que va del año 2009, es el segundo botín de droga más grande hallado en el retén del control rutinario de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) en Cochabamba. Los “narcos”, además, utilizaron el mismo modus operandi de camuflar la cocaína en un camión cisterna, con doble fondo.
El camión cisterna aceitero llegó al retén de Umopar, en Locotal, ubicado en la carretera nueva Cochabamba-Santa Cruz (Chapare), la noche del martes 31 de marzo. El chofer, identificado como Vicente Ovando Pacheco, se registró presentando sus papeles en la caseta de control y el policía que lo atendió le preguntó qué llevaba.
El conductor respondió que el cisterna acostumbraba a llevar aceite, pero estaba vacío en ese momento. El uniformado quiso constatarlo y acompañado del chofer subió al camión. A simple vista el fondo del cisterna estaba limpio, pero el policía de Umopar le dijo al chofer que debía verificarlo y que abriera el compartimento.
El conductor lo invitó a entrar al cisterna, advirtiéndole que mientras tanto él apagaría el motor, pues la revisión se iba a demorar. El policía descubrió en la requisa unos bolsones negros con una sustancia blanca y salió a dar la voz de alerta. Entonces, se percató que el chofer, su ayudante y un conductor de relevo, se habían dado a la fuga.
Varios uniformados de Umopar emprendieron la búsqueda en los alrededores, pero no pudieron dar con los prófugos. Sin embargo, el chofer fue plenamente identificado y dentro del camión fueron hallados algunos documentos con datos importantes que sirvieron para tramitar rápidamente, ante un juzgado cautelar de Villa Tunari, órdenes de allanamiento de diferentes domicilios en Cochabamba.
El cisterna fue llevado hasta el cuartel de Chimoré, donde se verificó que se trataba de cocaína en una cantidad exacta de 288 kilos y 920 gramos de droga.
Otro cisterna
El 22 de enero de 2009, un camión cisterna que intentaba pasar la tranca de Bulo Bulo, efectivos de Umopar descubrieron un total de 665 kilos y 400 gramos de cocaína en estado fresco y de alta pureza. La droga estaba valuada en 1 millón 350 mil dólares en Bolivia y en 2 millones 700 mil dólares fuera de nuestras fronteras. En esa oportunidad, el chofer y su ayudante, que se contradijeron sobre el producto que llevaban, fueron aprehendidos.
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