www.diariocritico.com
¿30 años de condena?

¿30 años de condena?

jueves 16 de abril de 2009, 00:28h

Esto no es justicia, es sencillamente una caricatura de un valor fundamental

Con estupor y absoluto desconcierto, la ciudadanía se enteró de la condena de los policías y comisarios del 11-A. Seis de ellos fueron condenados a la pena máxima de 30 años, tres a penas graves y dos quedaron en libertad, uno por pena cumplida y el otro, por ser considerado no culpable, después de haber padecido una injusta prisión.

En Venezuela no hay justicia -eso lo sabemos- pero nunca pensamos que se podría llegar a esos extremos. Después de seis años de proceso y de un juicio que se prolongó por tres años, en manifiesta violación del derecho a la defensa, a la presunción de inocencia, a ser juzgado en libertad, al derecho a un juicio sin dilaciones indebidas, a tal punto que uno de los acusados, no culpables, cumplió una pena que no le correspondía y otro fue condenado por un delito, cuya sanción ya estaba satisfecha; un tribunal, con un juez profesional y dos escabinos o legos, dictaminó que, a pesar de no haberse identificado a los autores de las muertes y lesiones imputadas, debía producirse una condena, aplicando una norma obsoleta, aberrante, inconstitucional, por la cual cuando han intervenido varias personas en la perpetración de esas muertes o lesiones y no se puede descubrir quién las causó, se deben castigar todos como cómplices (llamados correspectivos), con una pena más leve que la de los autores (Art. 423 del Código Penal).

En primer lugar, si aplicamos esta norma, ello supone que la pena para los cómplices debe ser menor que la que correspondería a los autores, porque no lo son y, de ninguna manera, sumando penas por hechos de muerte o lesiones, puede castigarse con la pena máxima, que sólo corresponde a un autor, a quien no lo es.

Pero, en segundo lugar, hoy en día, resulta absolutamente inadmisible, por aberrante y contrario a los derechos humanos que, ante la duda sobre la autoría, no comprobada, en lugar de absolver, que es lo que corresponde por el principio in dubiopro reo, se proceda a condenar a todos bajo la fórmula de una complicidad que implica la pena máxima que podría sufrir un autor por los delitos más graves de nuestra ley,

Tamaño disparate no puede sostenerse, ya que no hay ningún argumento que lo avale.

Sencillamente, si hay una duda razonable sobre la culpabilidad de una persona y ello lo admite el tribunal, la conclusión no puede ser otra que la de absolver o confirmar la inocencia de los acusados.

Por lo demás, no puede pasarse por alto la manifiesta y gravísima injusticia, sumada a tantas otras, por la cual uno de los policías que fue absuelto, pasó seis años cumpliendo una condena que no merecía y otro fue condenado por encubrimiento (?), habiendo ya cumplido la pena, sin una sentencia que lo determinara.

Esto no es justicia. Es, sencillamente, una caricatura de un valor fundamental, sin el cual no hay sociedad, ni Estado de Derecho, todo lo cual no es un simple decir, ya que toma cuerpo en las lágrimas, en la impotencia y en el dolor de unas valientes y esforzadas mujeres que sobrellevan con dignidad el drama de la injusticia humana.

[email protected]

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios