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Son Muntaner: Territorio de gala en Palma de Mallorca

lunes 20 de abril de 2009, 20:23h
A pocos minutos de Palma de Mallorca, el complejo Arabella Golf reúne tres hoteles de lujo y tres campos de golf. Uno de ellos es Son Muntaner, 18 hoyos en las colinas de Son Vida que prometen emociones fuertes.
Creado en mayo del año 2000, Son Muntaner se encuentra ubicado en un paraje mediterráneo que decora un recorrido de 18 hoyos exigente y diseñado para el disfrute del jugador. Su vegetación y el agua en varios de sus hoyos le da un aire fiero, pero que en el momento de jugarlo los golfistas podrán desarrollar una estrategia fiable, y divertirse en un campo muy agradable.

Los primeros cuatro hoyos discurren alrededor de un conjunto de lagos.
El hoyo uno, con dog leg a la derecha, obliga a no pasarse al entrar en green porque detrás hay agua. El dos y el 3, con calles estrechas, fuera de límites a la izquierda y agua a la derecha, obliga a ser preciso con drive y madera de calle, sobre todo en el dos, un par 5 de 482 metros desde amarillas.

El hoyo 4 es el más difícil del campo. Par 4 de 370 metros desde barras amarillas cuenta con todo tipo de dificultades. Estrecho en la salida con bosque a los lados, hay un riachuelo que cruza la calle y que obliga a saltar en el segundo golpe hacia un green bien defendido que se estrecha.

Tras esta prueba de fuego llegan tres hoyos variados. Un par 3 de 192 metros con varios búnkers delante y detrás de green. Hay que ser prudente. Después un par 4 de 389 metros con el tee en alto que ayuda a hacer metros. Puede ser un alivio y ayudar a recuperar golpes. Y el hoyo 7, de nuevo par 3, con tee en alto de 131 metros donde no hay que despistarse porque a los lados del green hay peligro.

Para acabar la primera vuelta, un par 5 de 482 metros desde barras amarillas con fuera de límites a la izquierda. Y un par 4 de 365 metros cuesta arriba que también se hace largo.

La segunda parte del recorrido comienza con otro par 4 largo, de 368 metros, y donde habrá que pensar bien el segundo golpe para saltar un “escalón” que presenta la calle. Después, un par 3 de 176 metros obliga a mantener la guardia y prepararse para el hoyo 12, un par 4 de 355 metros con un green totalmente defendido por búnkers que constará conquistar. Si se supera la prueba, el 13 es un par 3 preciso pero que no debería poner en peligro la tarjeta. Esta parte es la más tranquila del recorrido. El 13, handicap 16, da paso al handicap 18, un hoyo de 294 metros, par 4 que en todo caso se puede complicar por un árbol en el centro de la calle y por un lago antes de green, dos elementos que pueden complicar el juego.

Tras la calma viene la tempestad. Cuatro hoyos para acabar que son los más complicados. Primero dos pares 5. El hoyo 15 es el handicap 2 y tiene nada menos que 517 metros, con una calle estrecha y con dog leg a la derecha. Si no se afina puede ser muy largo. Sin embargo no hay que bajar la guardia porque el 16 es otro par 5, esta vez más corto, de 444 metros, estrecho al comienzo y con más calle cerca de green. Aún así la entrada en la zona de bandera tiene peligro a los lados.

Para acabar, dos pares 4. El 17, también estrecho de 307 metros, cuenta con un enorme búnker antes de green que afecta mucho al segundo golpe. El 18, de 352 metros, obliga a hacer una salida perfecta para no irse fuera a la izquierda y para evitar escorarse demasiado para no ver el green. Además, para el segundo golpe, los búnkers pelearán para no permitir la entrada de la bola. Y el green, muy movido, añade emoción.

Cuatro hoyos para acabar una ronda de gala en un campo del que se puede salir victorioso o con ganas de revancha en un tiempo no muy lejano.
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