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El árbol de la ciencia

jueves 30 de abril de 2009, 18:38h
Pío Baroja Nessi nació en San Sebastián, en 1872; su infancia discurrió por diversas ciudades españolas a la zaga de los sucesivos destinos del padre, funcionario público. Baroja estudió Medicina, que solo ejerció un año en Cestona, en el País Vasco. Donde residió gran parte de su vida fue en Madrid. Misógino y soltero, la vida del escritor se repartió entre su dedicación a la literatura, que suscitó una abundante producción, y sus viajes por Europa.
Baroja aceptó a regañadientes la situación surgida de la guerra civil, en la que estuvo a punto de ser fusilado por una partida carlista. Se ha especulado mucho sobre el carácter y la ideología de Baroja. Tuvo el escritor una aguda percepción del dolor humano, fruto quizá de una infancia triste e inerme; al dolor dedicó su tesis doctoral. Fue materialista y liberal, no demócrata. Ha sido llamado <<pajarraco del individualismo>>. Esta manera de ser y de pensar se transfiere a sus novelas, a las que confiere una personalidad única. Baroja murió en Madrid, en 1956 y fue enterrado en el Cementerio Civil. Al sepelio asistió Ernst Hemingway, que se consideraba su discípulo.
    
<<El árbol de la ciencia>> cuenta la historia de Andrés Hurtado, desde sus pasos infantiles hasta su sazón como estudiante de Medicina y médico después. Es un personaje desarraigado, inquieto, abúlico, preocupado por los enigmas de la existencia, incluidos los de la ciencia (de ahí el título de la novela) y la filosofía: el árbol de la ciencia recibe caracterización bastante negativa. Zarandeado por la muerte del hermano menor, Luisito, y destruido por la muerte en parto de su esposa y su hijo, Andrés se suicida.
     
Ha sido considerada <<El árbol de la ciencia>> la novela típica del 98 por producirse en su decurso la derrota española ante Estados Unidos (<<Parece mentira que por unos mulatos estemos pasando tan malitos ratos>>, se cantaba en Madrid), por la indiferencia social ante el desastre colonial, y por la frase que pronuncia uno de los amigos que visitan el cadáver del suicida: <<Era un precursor>>; precursor de la nueva España, se ha entendido, quizá en clave demasiado unilateral: Andrés es, sobre todo, una criatura desarraigada, que ve la vida como un enigma doloroso, cuyo ejercicio de la Medicina no hace sino corroborarle en su pesimismo, que remata la muerte de la mujer y el hijo. A Hurtado le afecta muy tangencialmente la derrota de la armada española; lo que más le preocupa es la injusticia del dolor y la injusticia general de España, con una ciencia en mantillas por no decir grotesca: son lancinantes las descripciones de los profesores y la crítica de que es objeto uno de los científicos oficiales de aquella España, el doctor Letamendi.

<<El árbol>> es una de las novelas mayores de Baroja por la vivacidad y capacidad crítica con que plantea los problemas y por el retrato que hace de la España finisecular. Pero también lo es, más allá de su poder testimonial, por lo que tiene de indagación sobre la perplejidad del vivir, por la derrota del médico ante los sufrimientos incomprensibles de la vida (las muertes de su hermano, su mujer y su hijo), y quizá en esto resida hoy su vigencia.

Miguel García-Posada

Titular: El árbol de la ciencia
Autor: Baroja,  Pío
Ficha editorial: Alianza bolsillo, Madrid , en reimpresión constante
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