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El abono, desde la Asociación El Toro

Si no hay más remedio, que comience la feria.

lunes 11 de mayo de 2009, 10:51h
Comienza la feria de 2009, una de las ferias de los últimos años que menos interés suscita en los aficionados y público general.

Lo más grave es que después de comprobar como esta empresa sin ningún rubor -nunca lo ha tenido- se dedica a programar unos carteles en los que demuestran haberse percatado de que se les acaba el chollo y toca hacer caja, acudimos mansamente a las taquillas y seguimos llenando la plaza.

En esta semana del ciclo isidril, pasó más o menos lo que esperábamos; nos aburrimos bastante y no por falta de orejas, en mi opinión sobraron dos las dos que se concedieron, sino porque tampoco hizo su aparición El Toro.
En estas primeras cuatro tardes de encaste bodeguero hemos visto desfilar por la primera plaza del mundo -se puede seguir llamando así a tenor de cómo están las demás-, desde animales medio moribundos sin la casta  suficiente como para ser considerados toros de lidia, hasta otros que para el ganadero seguro que apuntan a la piedra filosofal que tanto se afanan en buscar estos criadores del toro moderno.

Toro moderno es el que le tocó al Capea en la que seguro será 'su oreja de Madrid', ese toro que llega a los tendidos porque galopa y pasa largo, porque repite con la fijeza en los engaños y te deja colocarte –bueno si ni siquiera colocarte sabes te atropella, esto le pasó a Pedrito-, y que finalmente le acabas, por pocas facultades que tengas, cortando las orejas. Un toro de triunfo como fue el cuarto que le hubiera tocado a Abellán y el destino puso en manos de Capea, un toro que si hubiera tomado las dos varas que exige el reglamento hubiera sido otro inválido dentro del flojo encierro lidiado por Salvador Domecq.

Poco más que decir sobre el capítulo ganadero, quizá la única tarde decente fue la del domingo con la corrida de Los Recitales, un hierro que a priori no es del gusto de los aficionados pero que cumplió en el caballo y lidió varios ejemplares que podrían haber sido arrastrados sin orejas con poco que hubieran sabido hacer los actuantes de dos patas, ahora bien, los lidiados por el hierro titular no representaban en trapío al toro de Madrid, sino al medio toro, este toro que viendo lo que ha saltado en estas primeras cuatro tardes de feria, esta empresa se ha empeñado en instaurar.

Más cuajo tenía el remiendo de Fernando Peña, además después de ser castigado en varas tuvo mucho que torear, cosa que no hizo Iván Vicente que pasó por Madrid demostrando que le queda grande esta plaza.

Muy poco podemos decir de los coletas, a Emilio de Justo le regalaron una oreja por una estocada. Una verónica y un natural nos dejó el esperado Leandro; de Sergio Aguilar valor, pero el valor a palo seco sabe a poco. Abellán tuvo el detalle torero de matar su primero con una cornada y eso puntúa, fácil anduvo David Mora, fue torero aguerrido con el regalito de Fernando Peña –sobrero en el encierro de Salvador Domecq-, bien con el capote, me quedo con muchas ganas de volver a verlo. Lo del Capea simplemente es de guasa. ¿Cómo se puede torear tan feo? pues sin mayoría de pañuelos Trinidad le regalo una oreja, 'La oreja del Capea'.

Nada sobre Curro Díaz, torero del gusto de Madrid, Iván Vicente o Ambel Posada, sólo algo que ellos ya conocen, que en este corrupto mundo del toro si no tienes buenos amigos las oportunidades pronto se acaban y el domingo no las aprovecharon.Así vemos las cosas en estos inicios de feria los que no nos resignamos a perder lo fundamental en esta fiesta de los toros, la emoción, ésta solo la trae el Toro, ojala que salga pronto, al menos, una tarde.

Manuel Martínez Fraga.
Aficionado y miembro de la Asociación
El Toro de Madrid. 

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