Bésame en la boca y serás portada

Los libros se escriben generalmente por el puro placer del autor, y de paso para divertir a los demás, aunque a veces algunos libros tienen por objeto fastidiar a alguien.

Alberto Ruiz Gallardón se niega a presentar un libro de Esperanza Aguirre en la que la Presidenta pone a caer de un burro al Alcalde de Madrid.

Este, como todos los titulares, resulta simplificador, pero no por ello menos cierto.
Al Alcalde  no le perturba  que algunos compañeros de su partido  no se fíen nada de él, pero con quien no puede es con Esperanza Aguirre: la Presidenta de la Comunidad de Madrid le saca de quicio, mientras que él, por más que lo intenta, no consigue alterar a su compañera.

El problema de esta pareja política de hecho es que el protocolo les obliga a coincidir en multitud de actos oficiales y en esos momentos se sienten observados por todos y guardan las formas en los gestos, aunque lo que se dicen, sin que los demás les oigan, no debe tener desperdicio.

En su libro Esperanza Aguirre descubre el momento en el que Ruiz Gallardón  la felicitó terminado el Congreso regional del PP, en el que se habían enfrentado a través de persona interpuesta, y  cuando él la besaba en la mejilla ella le dijo retadora: “Si me besas en la boca mañana serás portada”.

Los que realmente conocen bien a Alberto dicen de él que es un crack
que ha consolidado esa merecida imagen a base  de demostrar que es listo, inteligente, brillante, culto, ordenado, trabajador, sistemático, ambicioso, frío para algunas cosas y caliente para otras.

Fue número uno de su promoción en la carrera fiscal, y  a partir de ese temprano éxito se ha pasado el resto de su vida siendo el número dos aunque soñando en volver a ser el primero.

El problema es que “la Aguirre” también es un crack y si, por alguna circunstancia hubiese que sustituir a Rajoy en la Presidencia del PP,  la Presidenta de la Comunidad de Madrid haría todo lo posible para que Alberto siguiera sin conseguir ser el primero.