El sueldo de Aguirre

En una complaciente y, en consecuencia, 'autorizada' biografía de Esperanza Aguirre, todavía presidenta de la Comunidad de Madrid, ésta se queja amargamente de que el sueldo no le llega a fin de mes, pero la circunstancia de que la mujer perciba una nómina de unos 17 millones de pesetas al año no le resta dramatismo a la cuestión, sino que se lo añade. ¿Tan mala administradora es la ciudadana responsable de la administración de Madrid? El drama, en el caso de que existiera correspondencia entre cómo maneja su dinero privado y el de la Comunidad, sería, lógicamente, para los madrileños.

Aguirre gana en un mes lo que más de uno, y más dedos, gana en un año, pero eso no significa gran cosa: si se gasta uno más de lo que ingresa, uno no llega a fin de mes, ni a ninguna parte, independientemente de lo que ingrese. Mas como quiera que aún continúa vigente, aunque de manera residual, el principio moral de que es cosa fea y peligrosa gastar más de lo que se gana, la señora Aguirre se ha apresurado a desmentir lo dicho por ella en su biografía autorizada, y no sé si también ese pasaje en el que afirma que la ausencia de pagas extraordinarias en su actual cargo le tiene mártir, pero, sea como fuere, lo cierto es que a la ciudadanía le ha entrado una cierta preocupación por los apuros económicos, reales o imaginarios, de 'La Presidenta', que así de humildemente se titula, por cierto, la biografía en cuestión.

Ahora bien; cuando a Aguirre no le llega el sueldecillo a fin de mes, seguro que no le falta quien le eche un cable, que para eso está, sin ir más lejos, la familia, en éste caso la suya, algunos de cuyos miembros nadan, como es público y notorio, en la abundancia. Sabiendo esto, que La Presidenta no se va a ver nunca en la necesidad de ir a la casa de empeños ningún fin de mes, nos quedamos más tranquilos. Relativamente.