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Influyó notablemente Tina Modotti en fotógrafos mexicanos

Influyó notablemente Tina Modotti en fotógrafos mexicanos

lunes 17 de agosto de 2009, 03:12h
Influyó notablemente Tina Modotti en fotógrafos mexicanosConsiderada como una mujer que se adelantó a su tiempo, Tina Modotti vino al mundo el 17 de agosto de 1896, en Udine, Italia, para convertirse en una artista universal, una luchadora social que dio la batalla por las clases desposeídas de varios países que a la postre se convirtieron en su patria.

Dueña de un estilo depurado con el que logró imágenes nítidas y contundentes, que se caracterizaron por la ausencia total de amaneramiento y sentimentalismo, y resultaron una influencia fundamental para los fotógrafos mexicanos de su época.

Poseedora de un tesón que la colocó en la historia como una mujer emblemática y revolucionaria, Tina nació en el seno de una familia muy humilde que emigró a principios del siglo XX a Estados Unidos, donde su empuje pronto la convirtió en el sostén de su casa.

De acuerdo con sus biógrafos, Tina fue nudista y también actriz de teatro italoamericano en San Francisco. A los 20 años se casó con Roubaix de l`Abri Richey, con quien empezó a frecuentar la bohemia intelectual de esa ciudad, pero apenas comenzada la década de los 20, Roubaix fue a probar suerte a México y murió de viruela.

La joven viuda se convirtió en modelo y amante del fotógrafo Edward Weston, con quien inició una vida novelesca.

Ambos se mudaron a México donde fueron bien recibidos por el círculo intelectual mexicano que entonces acogía a pintores, escritores, poetas y hasta científicos y humanistas.

Tina Modotti se enamoró del país y fue entre 1924 y 1929 que vivió sus años más rutilantes, pues no había fiesta grande o chica a la que no estuviera invitada.

Al lado de Weston, Modotti viajó extensamente por México para realizar un reportaje, y fue durante ese viaje que se conmovió y sintió que renacían en ella las preocupaciones sociales.

Cuando volvieron a la casa que compartían, el amor estaba casi extinguido y Weston retornó a California, donde él y su hijo Brett llevaron a cabo una obra sumamente elogiada por críticos y aficionados.

Después de la partida de Weston, conmocionada hasta la médula por la dura realidad del pueblo mexicano, Tina se volcó al Partido Comunista. Xavier Guerrero, importante pintor de origen olmeca, la introdujo al mundo de la política y la convirtió en una fervorosa y sincera marxista estalinista, además de en su amante.

En el Partido, Tina se rodeó de nuevos y antiguos amigos. Por ejemplo, los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, y mientras Xavier Guerrero fue a Moscú, convocado por el Partido, Tina siguió sacando fotos de familia y colaboraba en la redacción del periódico "El Machete", donde en 1928 conoció al joven revolucionario cubano Julio Antonio Mella, exiliado en México.

Fue una pasión mutua indescriptible, pero a Mella lo asesinaron a los pocos meses, en enero de 1929, hecho en el que implicaron a Tina, a quien se dice que salvó Diego Rivera.

La muerte de Mella desencadenó en Tina su propia y lentísima muerte. Todo ese año se dedicó a la fotografía y al Socorro Rojo (una rama del Partido Comunista), y para diciembre ya la habían invitado a presentar sus trabajos en la Biblioteca Nacional.

Fue su primera exposición, pero también la primera y última vez que se le reconoció como creadora.

Fue cuando proclamó su condición de simple fotógrafa al servicio de la causa socialista. Las obras suscitaron encendidos elogios de la crítica, porque constituían un espléndido testimonio del potencial artístico que encierra la fotografía.

Poco después ocurrió en México un fallido intento de asesinato al presidente electo. Muchos comunistas cayeron presos sospechosos de terroristas y entre ellos Tina Modotti fue expulsada de México en enero de 1930, un año después de ser ultimado Mella.

Tuvo sólo dos días para arreglar sus cosas e irse a Europa. Entre la poca gente que acompañó a Tina en esos días estaba un muchacho tímido, aspirante a fotógrafo, a quien regaló alguna cámara, con buen ojo, pues éste llegó a ser el más venerado fotógrafo mexicano: Manuel Alvarez Bravo.

Los 10 años de Tina en Europa fueron mortíferos. Despojada de su identidad, estuvo un tiempo en Alemania, donde sacó algunas fotos de fuerte tono satírico pero no se sintió cómoda, se hallaba quizás demasiado sola, muy temerosa en países desconocidos que además pasaban por una situación crítica.

Su único apoyo era Vittorio Vidali, un enigmático italiano de fuerte personalidad al que había conocido en el Socorro Rojo de México y que asumió el deber solidario de acompañarla en su exilio forzoso. Se dice que siguieron juntos hasta el final, más por una impostergable necesidad de apoyo que por auténtico amor.

Retirada de la fotografía, de vuelta en México, la vida de Tina se volvió muy triste. Vittorio Vidali no le brindaba demasiada atención. A sus amigos trataba de no verlos para no meterlos en problemas. Fumaba muchísimo, le dolía el corazón, vivía atemorizada y amargada, envejecida y afeada, no se reconocía a sí misma.

Murió sola, calladamente, sin quejas, en el asiento de un taxi, el 5 de enero de 1942.

Sería 40 años después cuando un grupo de teóricos feministas estadounidenses descubrieron sus obras y las valoraron en su real dimensión artística. También se deslumbraron con el coraje de esta auténtica luchadora femenina, que pagó con la vida su libertad interior.

En 1992 se publicó una novela realizada por la escritora mexicana Elena Poniatowska, denominada "Tinísima", como llamaba Julio Mella a la fotógrafa.

En 1996, al cumplirse 100 años del nacimiento de Tina Modotti, se organizó en Finlandia una exposición con casi toda su obra importante: 118 fotografías. Fue su curadora la especialista Sarah Lowe, quien escribió un importante catálogo, producto de seis años de investigaciones.
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