La condena más severa recayó en Omar Chabán, administrador del boliche República Cromañón, en tanto el representante de la banda de rock Callejeros, Diego Argañaraz, fue sentenciado a 18 años de cárcel, al igual que el ex policía federal Carlos Rubén Díaz.
Las condenas, de todas formas, solo quedarán firmes si son confirmadas por la Cámara de Casación Penal, por lo que aquellos acusados que fueron sentenciados aún no ingresarán a prisión.
El Tribunal Oral en lo Criminal 24 de la capital argentina, sin embargo, ordenó que los condenados no podrán salir del país y se deberán reportar ante la justicia semanalmente hasta que la sentencia quede firme.
Los jueces también condenaron a dos años de prisión a las ex funcionarias municipales Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández, quienes trabajaban en el área que daba las habilitaciones de las discotecas al momento de la tragedia.
Además, les impusieron cuatro años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por incumplimiento de deberes de funcionario público.
Raúl Villarreal, mano derecha de Chabán, fue condenado a un año de prisión en suspenso por ser considerado partícipe secundario de cohecho, pero fue absuelto por los delitos de homicidio y estrago doloso.
El tribunal también ordenó a todos los implicados, al Estado nacional y al gobierno de Buenos Aires a pagar 121.600 pesos (31.600 dólares) más intereses y costas como indemnización ante un planteamiento particular, lo que puede sentar un precedente para el resto de las víctimas del incendio, que también causó 1.432 lesionados.
La absolución de la banda de rock por los delitos de estrago doloso y homicidio simple causó el rechazo de los familiares de víctimas en la sala, que intentaron acercarse a los jueces del tribunal, lo cual fue impedido por policías.
La Fiscalía había acusado a los músicos de haber organizado junto con Chabán el recital, en el que, según testigos, se permitió que entraran personas con bengalas, cuya utilización era usual en los conciertos de Callejeros.
Los testigos dieron por acreditado que en la fatídica noche del 30 de diciembre de 2004 ocurrió un incendio porque se arrojó pirotecnia al techo, se cortó la luz y los asistentes al recital no pudieron salir del local.