El éxito de un fracaso

Hasta que no se cuenten todos los votos el informe del COI sobre Madrid es provisional, pero no deja de ser un fracaso provisional. Lo extraño es que no le ha afectado al alcalde que sigue entusiasmado, flota en su nube olímpica y no quiere bajarse de ahí. Igual algo de prudencia sería oportuna pero cada cuál elige sus tiempos.

La primera lectura es que Gallardón si se quedara sin Juegos tendría que enfangarse en la política nacional y eso provocaría maremotos en la calle Génova. De entrada la silla de Cospedal sufriría algún temblor sísmico de fuerza cinco que es la máxima en la escala de los huracanes de otoño.

El informe del COI hace poca justicia a Madrid, y califica como faltas graves lo que tiene solución inmediata. Y, sin embargo, deja pasar deficiencias en otras candidaturas como la de Río de Janeiro en la que pasan por alto la carencia de alojamientos. Ahora sabemos que no fue casual el baile con las mulatas que se dieron durante su visita. El COI no tiene en cuenta la capacidad organizativa de Madrid, ni la velocidad a la hora de tener las instalaciones listas.

Sin duda que la no concesión de los Juegos sería un varapalo económico para le región, pero mayor varapalo político para el alcalde que ha puesto todas sus esperanzas en la causa. Son injustos porque se marcharon de Madrid encantados y porque recibieron cuantas atenciones y explicaciones fueron oportunas. Es decir que por nosotros que no quede aunque luego San Obama rece por Chicago y quiera hacerse la foto de presidir unos Juegos en su casa.

Todavía no está dicha la última palabra pero esto tiene muy mala pinta.