Los tres diputados expulsados del Grupo Popular consultaron con sus abogados

La tensión que se vivió este jueves en la Asamblea de Madrid se respiraba por todos sitios. A media tarde corrió el rumor de que los tres diputados del Grupo Popular expulsados por Aguirre - Alberto López Viejo, Benjamín Martín Vasco y Alfonso Bosch- estaban preparando un comunicado conjunto en el que mostraban su enfado y explicaban las razones por las que no dejaban sus escaños, como le había pedido la presidenta del PP y de la CAM.

Fuentes del PP madrileño aseguraron a este diario e-Xclusivo desconocer tal extremo –que por ahora no se ha materializado- y aseguraron no saber dónde se  encontraban los tres afectados, que no atendían las numerosas llamadas de móvil que recibieron tras conocer el desenlace del caso.

Según ha podido saber este diario, los tres han puesto ahora su situación en manos de sus abogados para ver qué posibilidades tienen de configurar el Grupo Mixto en la Asamblea de Madrid, algo que oficialmente el Reglamento no contempla, como tampoco existe el diputado ‘no adscrito’. Esto les daría derecho a recibir subvención,  a tener voz propia en los debates y a sentarse en la Junta de Portavoces. De hecho,  hay un antecedente al que podrían agarrase. El de los tránsfugas socialistas Tamayo y Sáenz, que para escándalo del PSOE, lograron sus propósitos y formaron grupo propio.

Los tres ex diputados del PP deben presentar ahora sus escritos a la Mesa de la Asamblea – si es que no lo han hecho ya- para notificarle el abandono del Grupo Popular y para que el órgano de Gobierno de la Cámara regional, que se reúne el martes que viene, tome la decisión pertinente, aunque lo más probable es que decida pedir un informe jurídico para ver qué hacer con ellos. Mientras tanto, y hasta que no se solucione esta incómoda situación, no se espera verlos en los plenos ni que aparezcan por la Asamblea madrileña.

El Grupo Popular de Aguirre pasa ahora a tener 64 diputados en lugar de los 67 que obtuvo en las pasadas elecciones, aunque mantiene la mayoría absoluta, que está en 61. Si esta situación se hubiera desencadenado en la anterior legislatura la lideresa hubiera estado atada de pies y manos para actuar ya que entonces solo le sobraba un escaño para mantenerse como presidenta de la CAM.