Las tensiones de las listas de candidatos

   Cada partido ha tenido que afrontar sus propias tensiones, a la hora de elaborar las listas de candidatos a las elecciones del próximo día 27 de mayo, que se llevarán a cabo en trece Comunidades Autónomas y en casi ocho mil municipios. Naturalmente, siempre hay expectación por la tarea de completar las candidaturas vascas, particularmente en la derecha. Después de que incluso un sindicato policial se hubiera ofrecido para completar algunos huecos, en esta ocasión se ha cerrado la configuración parece que sin otros problemas que los de personas que se sienten, o que sencillamente se han visto, en listas de "personas no gratas para la banda ETA". El miedo es libre y es perfectamente comprensible en estos casos. En Euskadi está también todavía por ver cómo se resuelve la otra gran incógnita: si Batasuna logra presentar sus propias listas, y con qué sigla lo hará, y si llegará a obtener la condición de candidatura "como las demás" o, una vez más, preferirá la condición de ilegítima y clandestina.

En cuanto a las otras listas, en las del resto de España, en todas partes se han producido esas inevitables tensiones, pero muy particularmente en el área que gobernó Zaplana y ahora gobierna su correligionario Camps, la Comunidad Valenciana. Finalmente, el PP valenciano ha dejado fuera de la candidatura a los afines a Zaplana. El comité nacional del partido también excluye a zaplanistas de la lista de Alicante. O como dice algún cronista, "Camps purga al zaplanismo valenciano" al excluirlo de las listas autonómicas. Lo cierto es que, como también se ha explicado, Francesc Camps "diluye el zaplanismo" y lo convierte en una oposición residual. Con otra connotación reseñable: El presidente regional del PP incluye alcaldes imputados  por corrupción, que serán aforados. Ésa ha sido otra circunstancia que en esta ocasión ha complicado la tarea de los comités de listas: ¿qué hacer con los alcaldes y concejales ya  señalados por malas prácticas sobre todo en el urbanismo local...? También en Madrid se han producido disensiones y algunas imposiciones de nombres por parte de "la autoridad" y algunas bajas de discrepantes a quienes no se dio suficiente satisfacción en la propia lista. Es el caso de José Caballero en San Sebastián de los Reyes, por parte del PSOE. Pero también, en el PP, la imposición que Aguirre, como presidenta regional, ha hecho en la lista de Gallardón: Aguirre impuso a sus "concejales fieles" en la lista de Gallardón.

   Pero probablemente el caso más llamativo de esta precampaña ha  sido el de impresión privada de votos por correo encargados por el PP melillense. Los responsables del PP quitan importancia al episodio, y el PSOE lo califica de sumamente grave. Acebes se baja formularios de  Internet sin valor legal para justificar la falsificación  del PP de Melilla... Pero mientras el ex ministro del Interior considera habitual copiar solicitudes de voto por correo, Interior desmiente que los impresos se descarguen de Internet como dice el PP. Total, que  Rubalcaba informará al Congreso del caso melillense, y no se excluyen "sospechas de voluntad de fraude", si se tiene en cuenta que incrementar en dos mil los votos en Melilla pudiera dar la mayoría absoluta al partido "beneficiado"...

   Hay otras sospechas y recelos. Por ejemplo, la alerta que produce una coalición de partidos musulmanes aparecida en Cataluña. Grupos que profesan el Islam exploran una eventual unión ante el 27-M en un intento por incidir en la política local. Otros grupos de ciudadanos rumanos, por ejemplo, han explorado parecida participación. Posiblemente el acto electoral más llamativo, de momento, en esta campaña de 2007, haya sido la comparecencia de zapatero en la Bolsa con su informe económico anual, en el que vaticina  dos años más de bonanza, ante los principales empresarios. Y con el que celebra  sus tres años en la Moncloa apoyado en el crecimiento económico  y en el récord de la bolsa. O como señalan otros cronistas, Zapatero presentó su visión triunfalista de la economía y se atribuyó la bonanza económica ante la élite empresarial, dibujando su mundo feliz.