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El condenado es un ciudadano marroquí

Condenado a 18 años de cárcel por matar a su esposa en febrero de 2004

viernes 24 de noviembre de 2006, 18:11h
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 18 años y tres meses de prisión a un hombre de origen marroquí que en 2004 mató en Móstoles a su esposa, de 27 años y con la que estaba en trámites de separación.
Asi lo ha acordado la sección 27 de la Audiencia de Madrid en una sentencia que condena a Abderrazak El Aidouni, de 39 años, por los delitos de asesinato y amenazas con la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de confesión de los hechos.

Además, la Audiencia le ha condenado al pago de una multa de 100 euros por una falta de amenazas leves y otra de maltrato, a que indemnice a su hijo menor con 181.251 euros y a los padres de ésta con 8.000 euros a cada uno y le inhabilita para el ejercicio del derecho de la patria potestad de su hijo durante el tiempo de la condena.

"En ejecución de sentencia y habida cuenta de la ayuda provisional concedida al menor deberá tenerse en consideración lo dispuesto en la Ley 35/1995, de 11 de diciembre, de ayuda y asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual", concluye la sentencia.

Los hechos ocurrieron el pasado 27 de enero de 2004 cuando el condenado se acercó a su esposa, que iba acompañada por un amigo y comenzó a "increparles", insultando al hombre y amenazando con matarle, mientras le daba patadas.

La mujer se refugió en un ambulatorio "atemorizada", por lo que dos agentes de la Policía Local acudieron para calmarla.

"¿Quién es este otro?. Te vas a enterar como me dejes, tú eres mi esposa, eres mía", indica la sentencia que le dijo Abderrazak a su mujer, tras lo cual los agentes la trasladaron a la estación de cercanías de El Soto, donde volvieron a coincidir con el acusado, quien amenazó con matarlos y con matar también a su hijo, quien entonces tenía 4 años.

La víctima solicitó la separación el 18 de febrero de 2004, y el día 27 de ese mismo mes el acusado fue a un centro comercial donde ella trabajaba "para aclarar la situación familiar", pero los vigilantes de seguridad le echaron.

Horas después el procesado estuvo haciendo tiempo en los alrededores de la casa de sus suegros, donde la víctima se había trasladado a vivir junto con el hijo de ambos, y sobre las 19.30 llamó al padre de la víctima para preguntar si había regresado a casa, a lo que éste contestó negativamente y le indicó que lo haría más tarde.

El acusado se dirigió entonces a una ferretería, según indica la sentencia, donde adquirió un cuchillo y una navaja, y a las 21.30 interceptó a su esposa en el portal de la casa de sus suegros para hablar con ella, a lo que la chica se negó.

Entonces el acusado sacó el cuchillo y le propinó siete cuchilladas, lo que provocó la muerte, y acudió a la comisaría de la localidad, donde se entregó y dio el cuchillo.
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