Apagones y posibles mentiras

Mientras en Guayaquil, según el Presidente, ayer debieron de terminar los apagones, en el resto del territorio continúan y hasta se incrementan. Bien pero el Puerto Principal, pero Correa y sus adláteres pasan por alto el hecho de que no sólo allí obtuvieron votos para acceder al poder. Porque la medida es más política que técnica y más demagógica que transparente.

El Gobierno sigue guiándose por lo que le dicen las encuestas sobre su popularidad y credibilidad. Pretende ganar adeptos en esa ciudad, dando la espalda a las demás urbes, a las industrias, a los centros educativos, puertos, comercios y servicios, a los que cada día les infringe pérdidas millonarias, en muchos casos difíciles de calcular.  Así el Gobierno y su líder castigan a la mayoría de los ecuatorianos, pues les endilgan las consecuencias de  sus crasos errores y de sus mentiras, porque nos enteramos, por la denuncia de un ex funcionario de le Empresa Eléctrica de Quito, que supuestamente el Ministro de Energía pidió a los gerentes del ramo en el país que mintieran sobre los orígenes y magnitud de los apagones.

De ser esto cierto, a la desidia gubernamental se añade una repugnante inmoralidad. ¿Qué esperan las cámaras, alcaldías y prefecturas del resto del país para interceder por sus ciudadanos?  El Gobierno creyó que era suficiente con pedir la unidad de todos para enfrentar los frutos de su propia  ineptitud, pero ahora debería ir más lejos y arrepentirse por mentir sin pudor. Hay que acabar de alumbrar todas las sombras que hay detrás de los apagones.